Hablamos con Alicia Armenteros sobre su trayectoria como actriz. Fotografía: ©Jose Señorán
Hablamos con la joven actriz gallega Alicia Armenteros para conocer qué hay detrás de su última serie, «La vida breve», y los proyectos en los que está trabajando actualmente. ¿A qué esperas para conocerlo todo?
Comenzar una carrera profesional dentro de la industria del cine no es nada fácil, pero Alicia Armenteros ha ido tallando su trayectoria desde adolescente lo que le ha permitido entrar en proyectos que han sido para ella todo un reto, desde interpretar a Luisa Isabel de Orleans en la serie «La vida breve» a trabajar junto a grandes actores como Javier Gutiérrez.
Desde Vanidad hemos tenido el placer de hablar con ella para conocer su visión hacia la industria audiovisual en España, los proyectos en los que ha trabajado hasta ahora, también los futuros y mucho más…¡Sigue leyendo!
Pues la verdad todo esto empezó como un juego. Supongo que de pequeña no sabía lo que significaba ser actriz. Pero me encantaba disfrazarme, imitar y actuar para mi familia en las cenas de Navidad. Recuerdo cómo me divertía. Con el tiempo descubrí que había una profesión que consistía precisamente en eso y pensé «pues yo quiero ser esto».
Creo que fue en mi adolescencia. Me di cuenta de que aquel deseo iba en serio y empecé a fichar escuelas de interpretación y cursos. Mi primer año en Madrid fue un proceso de adaptación muy grande. Pero rápido me enamoré de Madrid y he construido una red muy sólida en esta ciudad. No obstante, viajo todo el tiempo a Galicia. Mi corazón está en los dos sitios.
Creo que hay aspectos que han avanzado muchísimo positivamente y que han hecho que la industria evolucione hacia un sitio más respetuoso y equitativo. Más mujeres directoras, personajes más diversos, figuras importantísimas que antes ni se planteaban como por ejemplo la de la coordinación de intimidad,etc. Pero creo que hay muchos aspectos que mejorar y que como industria debemos ir introduciendo y adaptando.
Las últimas películas que vi trataban temas sociales desde un prisma muy único y diferente. Eso me interesa muchísimo. Este fin de semana, vi por fin la serie Adolescencia y me pareció un ejemplo perfecto del cine o series que hacen críticas desde una visión valiente y desde un formato originalísimo y súper interesante. Me encantan ese tipo de proyectos como consumidora, actriz y espectadora, desde luego. Pero nunca me he considerado una persona muy selectiva en el cine que me gusta. Me gustan muchísimos géneros distintos (y me encantaría trabajar en todos los posibles).
Nunca he sido especialmente consumidora del cine bélico o de acción. Sin embargo, me parece que debe ser apasionante y divertidísimo trabajar en una película con esas características.
Pues para mí ha sido un antes y un después. Un sueño cumplido. Un reto precioso del que nunca me voy a olvidar. Ocupa un lugar grandísimo en mi corazón.
Maravilloso. Ya no sólo por aprender de ellos como profesionales, si no aprender de su experiencia, de su forma de ver el trabajo, de su templanza…Son dos auténticas estrellas que me han acompañado y cuidado mucho.
Pues la verdad la lista sería larguísima. Hay tanta gente a la que admiro… Me gustaría mucho trabajar con Alauda Ruíz de Arzúa, Carla Simón, Icíar Bollaín…la lista de directores y directoras, compañeros y compañeras y guionistas con los que me gustaría trabajar podría ser interminable.
Supongo que todo el trabajo emocional de Luisa. El proceso que ella vive desde que llega a Palacio hasta el final de la serie. El viaje es muy fuerte y ella era una persona emocionalmente muy inestable. Los libros que la han estudiado la ubican en un Trastorno Límite de la Personalidad muy severo. Incorporar todo eso al hecho de que ser una mujer en aquella época te llevaba al juicio público en segundos, que era una niña lejos de su casa y que era tratada con mucha crueldad, me hizo querer humanizarla y sentir mucha compasión por ella. Quise sacarla de la crítica social en la que siempre ha estado. Ha sido un trabajo duro pero precioso.
Recuerdo que muy inteligentemente, dejaron todas las escenas del final (y las más dramáticas) para la última semana de rodaje. Yo estaba tan sensible y emocional y venía de un viaje tan bestia que no hacía más que llorar. (Lo cual me ayudaba enormemente porque mi personaje se encontraba en ese estado. Me sentía muy fusionada con Luisa). En una escena los directores me pidieron estar de fondo, de espaldas. Era simplemente mi escorzo durmiendo. Era una escena preciosa de Carlos Scholz y Héctor Carballo que hicieron maravillosamente. Cuando gritaron ¡corte! me di la vuelta empapada en lágrimas sólo de escucharles. Cristóbal y Adolfo, los creadores de la serie decían “Si queréis que esté Alicia en la siguiente secuencia también de fondo la ponemos, pero ya sabéis que va a llorar, vosotros veréis”
Los dos son proyectos muy distintos. Las Hijas de la Criada es una serie ambientada en la Galicia de 1920-1930. Sigma es una película en la que interpreto a una diplomática del 2025, imagínate. Nada que ver. Pero creo que si algo tienen en común esos dos personajes es que son mujeres valientes que luchan por lo que consideran justo pese al miedo. Y eso me gusta mucho.
Que si realmente es su sueño, que se formen, que tengan mucha paciencia y que se lo pasen bien durante el proceso. Que lo intenten siempre que les haga felices.
