GIGI ROS: «Necesitamos espacios donde el riesgo artístico esté permitido»

Hablamos con la artista GIGI ROS sobre el lanzamiento de su primer álbum, «KAMIKAZE», el mensaje que esconde detrás de sus letras, los desafíos a los que ha tenido que enfrentarse a la hora de desarrollar este proyecto… ¡y mucho más! Sigue leyendo:

La artista catalana lanza su primer álbum compuesto por canciones en las que se desnuda, dejando ver quién es y hacía donde quiere ir, pero también atreviéndose a no respetar las normas del juego cuando se trata de entrar en la industria musical a cualquier precio…

Desde Vanidad hemos tenido el placer de hablar con ella para preguntarle sobre todo lo que se esconde detrás de «KAMIKAZE», las personas con las que ha trabajado y le han ayudado a sacar el disco adelante y sus próximos conciertos. ¿A qué esperas para conocer todo lo bueno que le espera a esta artista?

GIGI ROS: «En un panorama donde a veces se nos pide encajar o suavizar lo que somos, este disco es una declaración de intenciones»

Gigi, ¿qué significa para ti como artista emergente haber lanzado tu primer álbum?

«KAMIKAZE» no es solo una recopilación de canciones, sino el resultado de años de exploración, dudas, aprendizajes y decisiones. Es la primera vez que siento que todo lo que soy –como artista y como persona– se alinea en una obra. Para mí es atreverme a ser yo misma, tipo: «esto es lo que tengo que contar, y lo cuento así».

En un panorama donde a veces se nos pide encajar o suavizar lo que somos, este disco es una declaración de intenciones, un acto de afirmación de hacia dónde quiero ir. Es tener la valentía de apostar por el arte, la cultura, la música y además intentar mostrarme al mundo sin filtros. Lo siento como lanzarse sin paracaídas y con total convicción.

Precisamente la canción con la que abres el disco, «CREMEN», critica lo sacrificado que es el proceso para triunfar dentro de la industria musical. A propósito, ¿crees que se apoya suficiente al talento emergente en España? ¿Cómo ves el panorama actual?

«CREMEN» desnuda una realidad incómoda: muchas veces para destacar siento que hay una presión enorme que responde a complacer y aguantarlo todo pagando cualquier precio. En el panorama actual sí que siento que hay una escena emergente potentísima que está cambiando las normas del juego o que ya no responde a «lo que se supone que tendría que ser», pues creo que todo aquello no tan mainstream está avanzando con mucha fuerza porque hay mucha verdad. Sin embargo, aún faltan estructuras sólidas que sostengan proyectos creativos sin exigir quemarse.

El talento abunda, personas trabajadoras, ambiciosas y creativas también, pero se necesitan canales, recursos y libertad real para crecer con dignidad. Hay muchísima precariedad y dedicarse 100% a un proyecto artístico es muy complicado, sobre todo en lo económico. La cantidad de trabajo y horas invertidas en muchos casos es al 200% de implicación. Necesitamos espacios donde el riesgo artístico esté permitido, y medios que se atrevan a apostar por propuestas que brillen más allá de lo comercial o mediático.

¿Cómo dirías que ha sido tu camino desde que empezaste a hacer música hasta llegar al lanzamiento de tu primer álbum?

Mi camino ha sido bastante híbrido y eso me ha ayudado a construir una identidad artística sólida. Vengo del teatro, la danza, el cuerpo, la música… Esa mezcla me ha enseñado a pensar el proyecto de forma muy visual, escénica y corporal. Diría que todo ese bagaje me ha dado las herramientas para liderar un proyecto con versatilidad y rodearme de un equipo increíble, cada uno en su disciplina artística.

Después de ir enlazando proyectos teatrales y formaciones escénicas bastante diversas, en el momento pandemia 2020 empecé a ver que tenía ganas de impulsar un proyecto propio y compuse y lancé mi primer EP, «Contacte Establert». En ese EP ya experimentaba un poquito con la electrónica. Era pop, pero ahora veo cómo quería explorar con elementos de otros géneros, jugando un poco y borrando límites y fronteras estilísticas.

Sin embargo, con «KAMIKAZE» siento que todo ha madurado, que hay una narrativa emocional y una estética mucho más clara. También a nivel sonido propio se va definiendo mucho más todo el universo Gigi Ros y siento mucha más seguridad acerca de la dirección a la que quiero ir.

Portada del álbum «KAMIKAZE» de Gigi Ros.

¿Cómo fue el proceso de creación de «KAMIKAZE»?

Fue un ejercicio de honestidad brutal y experimentación constante. A veces con guitarra y voz haciendo las primeras maquetas o estructuras de los temas y en otras en sesiones de estudio con Ariana o Chen empezando temas desde cero, basándonos en el concepto de lo que quería contar y referencias de canciones que me gustan. Han sido un par de años de ir encontrando poco a poco una identidad y algo que me representara bien tanto a nivel sonoro como visual, porque al principio tenía claro que quería hacer un disco pero no sabía exactamente cómo o qué.

A día de hoy, y mirando hacia atrás, veo que las canciones han nacido siempre de un sentimiento base o algo que quería contar: rabia, culpa, liberación, inconformismo. Hay mucho de estas emociones y también de desamor, de los vínculos, del descuidarse, ir a fondo, perderse y de la importancia de la amistad y de cuidar de una misma. Al final he ido construyendo poco a poco y todas las piezas se han ido colocando hasta formar una obra artística única y cohesionada. Con calma, con muchas dudas, con riesgo pero siempre buscando el disfrute.

¿A raíz de qué surgió la idea del título?

El título apareció muy last moment. Había ya muchas canciones, había singles publicados, todo el mundo me preguntaba por el título y yo no lo tenía nada claro porque para mí es algo importante. Lo que sí recuerdo es que confiaba en que en algún momento u otro iba a aparecer y lo vería clarísimo ¡¡¡Y así fue!!!!

Haciendo el que sería el último tema del álbum le llamamos «kamikaze», que era una palabra que tenía guardada en notas y quería usar porque «no tener dos dedos de frente» como una kamikaze es una expresión que siempre me acompaña, así que se convirtió en un verso del estribillo de la canción. Con los días, escuchando el tema fue como… vale, esta canción, pero sobre todo este concepto, resume el espíritu de todo lo que significa el álbum: entregarse sin miedo, asumir el riesgo, ir con todo, a fondo sin pensar consecuencias, lanzarte sabiendo que puede doler pero con convicción, con entrega, con el corazón en la mano y sin corazas.

Todas tus canciones están escritas en catalán. ¿En algún momento has pensado que esto, a largo plazo, puede condicionar en cierto modo tu carrera profesional a la hora de expandirte internacionalmente, por ejemplo?

Escribir en catalán me parece totalmente honesto: es la lengua con la que pienso y siento. Puede que haya límites de mercado, pero tiene ventaja artística: aporta autenticidad, belleza sonora y una voz diferenciada. Creo que la lengua no limita la emoción; potencia y añade profundidad cultural.

No lo veo como una barrera porque al final no es una decisión, es la lengua con la que pienso, siento, sufro y me enamoro. Me sale escribir en catalán porque es mi manera más honesta de expresarme. A veces me preguntan si no sería mejor cantar en castellano o incluso inglés para llegar a más gente, pero para mí, conectar va mucho más allá del idioma. La emoción, la energía, la estética… todo eso también comunica. Y al final, cuando haces algo desde la verdad, eso se nota y traspasa fronteras.

Ya que la escena catalana está más efervescente que nunca, ¿qué nombres te gustaría destacar de ella y por qué?

Haría mención especial a Mama Dousha, que aparte de colaborar en «KAMIKAZE», tiene un proyecto fresquísimo y de una calidad increíble. Una propuesta quizás más mainstream pero totalmente auténtica, muy propia y de la que también formo parte porque estamos girando su disco «La Criolla» por todo Catalunya y formo parte de su banda en directo, así que un must.

También hay otras artistas de la escena catalana que mezclan disciplinas, trabajan en comunidad y están llevando la creatividad local a otro nivel. Para mí un ejemplo claro de esto sería LLUM, con quien me encantaría colaborar en algún momento porque adoro su propuesta artística a todos los niveles. También me interesa destacar la frescura y autenticidad de jovedry, el universo sonoro y la libertad que detecto en xicu o la fantasía excéntrica que me resultan Ciutat. Y bueno, no es para nada una artista emergente, pero Maria Arnal y toda su nueva propuesta me interesa mucho.

Muchas mujeres creando desde lo visual, lo sonoro, lo performático, lo tecnológico y que están aportando una mirada distinta, con mucha fuerza y conciencia. Lo más bonito es que ya no hablamos solo de música, sino de universos enteros que se están construyendo desde la colectividad y la exploración.

¿Cómo ha sido trabajar para tu primer álbum con Sr. Chen, Ariana Abecasis y Scotty DK.? ¿Por qué elegiste trabajar con ellos?

Al final trabajar con diferentes productores ha hecho que cada uno aporte su sensibilidad a mis historias y también que el disco tenga una riqueza de texturas y atmósferas.

Con Chen hubo una química instantánea y ha sabido sacar partes de mí que ni yo misma me permitía. He podido salir de lo suave y construir beats rotos y oscuros, explorando la ira y eso ha sido un gustazo enorme. Con Ariana fue un puntito más emocional y experimental, la sensación de tener el tiempo para hacer sesiones casi como rituales, mucha telepatía musical, sensibilidad en cada capa y construir con calma. Scotty aportó un giro fresco con una sola canción, pero encajó perfectamente.

Al final, ha sido una experiencia muy enriquecedora y muy distinta con cada uno. Me ha servido para ver distintas formas de trabajar y conocerme más a mi también en el estudio y en cómo funciono mejor a la hora de crear o qué recursos de cada uno me llevo. Siento que todos aportaron su mundo, pero sabiendo adaptarse a mis necesidades artísticas. Creo que supimos crear un lenguaje común.

¿A qué desafíos te has enfrentado a la hora de desarrollar este proyecto?

El mayor reto para mí fue mantenerme fiel a mi voz sin ceder a presiones externas, moldes de la industria, vivir el proceso sin agotarme e intentar ofrecer una experiencia que fuese más que música: un universo estético y escénico. Para hacerlo, ha sido clave estructurar un equipo multidisciplinar y cuidar cada detalle para que canción, imagen y directo formen un todo.

En un proyecto así, donde al principio lo haces casi todo desde la autogestión, hay momentos en los que puedes perder el norte o sentir que no llegas. Pero cierto es que siento que una de mis mayores cualidades es rodearme de un equipo que entiende mi visión y que me ha acompañado en todo momento. Trabajar con Pol Ferraris y Javi Dardo como directores creativos, de video y foto desde el inicio, construyendo, con Ari y con Chen en las produs, con Arlet al estilismo y con Alex Villarejo en el diseño, ha hecho que todos los retos se hayan ido encajando para acabar formando una obra artística compleja y con muchas capas.

Ha sido un reto integrar todas las disciplinas –música, visuales, cuerpo, escena– sin que se diluyera el mensaje, pero siento que mantenerme fiel a mi intuición sin hacer nada que no quisiera, ha sido clave en el desarrollo de todo este proceso.

Gigi Ros nos habla de Kamikaze

Actúas el 17 de octubre en Tarragona y el 24 de octubre en Lleida. ¿Qué podremos ver de Gigi Ros en directo?

Un espectáculo completo: voz, movimiento, música electrónica, visuales, coreografías, una puesta en escena viva. Lo que me gusta del directo es que estamos trabajando para que exista un lenguaje escénico que busca transmitir la intensidad emocional de «KAMIKAZE», con una presencia estética cuidada y potente.

El directo es una parte fundamental del proyecto. No quiero que sea solo un concierto, sino una experiencia sensorial donde se mezclen el sonido, el cuerpo, la luz y la imagen. Que el público no solo escuche las canciones, sino que las viva conmigo, que sea un lugar de conexión real.

¿Hay algo más en lo que estés trabajando ahora? ¿Qué te espera en los próximos meses?

Ahora mismo estoy presentando «KAMIKAZE» y centrada en llevarlo al directo, pisar escenarios y explorar cómo pueden evolucionar todas estas canciones en escena. Con muchas ganas de presentarlo en Barcelona y siempre preparando nuevas cosas. Tengo algún material visual del disco en la recámara que saldrá más pronto que tarde, estoy trabajando también en un proyecto visual muy interesante en formato live session pero con añadidos digamos tecnológicos (como no puedo contar muchas de estas cosas parezco críptica, pero vamos, que cosas chulísimas).

También voy a ir preparando nuevos singles este verano. Me siento fuerte y con las ideas claras y me apetecería hacer colaboraciones con otros artistas, la verdad. La idea no es cerrar una etapa con el disco, sino abrir nuevas puertas desde aquí. Me interesa seguir experimentando, seguir contando cosas y hacerlo siempre desde un lugar de libertad.

Gigi Ros nos habla de su primer álbum

Texto: Irene Chica Moral @irenechicam

Fotografía: Javi Dardo @javidardo

Estilismo: Arlet Kuns @arletkuns

MUAH: Alizia Moreno @aliziamoreno_beauty

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