María Pedraza con vestido de Emporio Armani
Proyectar se ha convertido en el mecanismo de planificación y provisión emocional favorito de las nuevas generaciones –y en el secreto mejor guardado para cumplir sus deseos– y María Pedraza es el vivo ejemplo de ello. La actriz nos asegura que proyectó rodar en otra lengua y así vino.
Con «Blurred», el nuevo thriller erótico de Ben Cookson, donde compartirá escena con Alex Pettyfer, María ha pasado de ser uno de los rostros españoles más demandados de nuestras pantallas, a apuntar a serlo fuera de nuestras fronteras.
Sin embargo, este no es el único proyecto internacional que le espera a la madrileña. Samuel L. Jackson también resuena entre sus próximos planes… ¿O deberíamos decir proyecciones?
Realmente me estoy enterando de estos titulares con tu pregunta (risas). Sinceramente, yo sé lo que soy y sé cómo es mi vida, por eso no hago ni caso a estas cosas… Estoy acostumbrada a que los periodistas lancen titulares de pacotilla para intentar ganar audiencia, aunque creo que la sociedad cada vez va siendo más inteligente y sabe que todas estas noticias son mentira.
Siento que la vida y las experiencias que he vivido me han hecho madurar y ponerme en situaciones en las que no quedaba otra que aprender, atravesando esos lugares que muchas veces intentamos evitar de nosotros mismos, pero que, cuando nos atrevemos a afrontar, nos vuelven invencibles.
La interpretación llegó a mí de una forma inesperada, pero supe entender que la vida me había llevado hasta esa oportunidad porque, de alguna forma, era el lugar al que pertenecía.
Mi madre también intuyó que debería estudiarlo de una forma paralela a la danza, porque, al fin y al cabo, los bailarines interpretan con cada paso, cada movimiento y cada coreografía. Por mi parte estaba negada, porque pensaba que todos los años que me había implicado con la danza se los debía única y exclusivamente a ser bailarina, alimentando mi aspiración por llegar a lo más alto, pero la vida me cambió el rumbo y no me dejó otra que adaptarme, entendiendo que ese era mi nuevo camino y por el que verdaderamente debía luchar.
Antes era menos consciente de lo que significaba «tener seguidores» y ser una persona «influyente», tal vez porque le restaba importancia y carecía completamente de valor pero, a día de hoy, la mayoría de trabajos se mueven en base a cuanto más aesthetic sea tu perfil.
Por norma general, cuántos más seguidores tengas, más trabajos obtendrás en casi la mayoría de ámbitos. Antes te podías permitir el lujo de ser más tú o tratar de mostrarte lo más real posible, pero ahora la sociedad (donde me incluyo) trata de mostrar únicamente lo que supuestamente «debe gustar». Inevitablemente y a regañadientes, cada día lucho más por no perder mi esencia y no dejarme llevar para poder encajar, pero muchas veces no queda otra que adaptarse al cambio o tratar de sobrevivir ante una sociedad frenética que a veces se olvida del verdadero talento.
Por mi parte, y no tengo ningún escrúpulo en decirlo, siento que en este momento todo vale, lo que está provocando que se pierda la exquisitez de lo verdaderamente importante y único.
Creo que más allá de «Élite» y «La casa de papel» –que ya me quedan bastante lejos aunque les tenga cariño–, destacaría otros personajes y proyectos que me han traído repercusión personal y me han colocado en otros proyectos muy interesantes.
Nunca he tenido la sensación de estar subida en la ola. En esos momentos simplemente navego y disfruto del oleaje, con los ojos abiertos al mar para ver que el océano es infinito y que tenemos innumerables oportunidades…
Porque prosiguió y cerró una etapa de mi vida. Digo prosiguió porque no pude cerrar como se merecía mi carrera como bailarina, pero gracias a «Las niñas de cristal» y a la maravillosa dirección de Jota Linares, al que estaré eternamente agradecida, pude cumplir algo que siempre había soñado.
Ni siquiera ahora diría que me he desprendido de mi adolescencia (risas). Siempre he disfrutado de cada etapa pero es cierto que en los últimos años he querido explorarme en unos personajes a los que les pasaban cosas «más adultas». Sin embargo, en el mundo real, sigo siendo una niña y una mujer al mismo tiempo.
Rodar en otra lengua es algo que me apetecía mucho hacer. De hecho, lo proyecté. Y así vino. Diría que ha sido de las mejores experiencias de mi vida. Compleja, porque era el primer protagonista, pero tan única como cuando rodé mi primera película. Me sentí con mucha efervescencia. Sin pensar en nada. Solo dejándome llevar dirigida por Ben Cookson, un director con una visión de la sensibilidad única.
Alex Pettyfer es un gran compañero, un gran productor y una persona con mucho criterio. Sabía perfectamente lo que contaba con «Blurred» y lo que quería contar con Elliot, su personaje.
Agradezco mucho la cantidad de consejos y guías que me dio para Mona, mi personaje. Al fin y al cabo, Elliot y Mona son los que llevan todo el peso de la película, por eso teníamos que estar en constante sintonía.
¡Me queda todo por probar! En la vida son todo nuevos comienzos, nuevos retos e infinidades de historias. Así que, por mi parte, estoy abierta a todos los retos que vengan.
Estar con mi familia, con mis gatos, mi perro y mis dos caballos (risas). Todos ellos entran dentro de mi familia, porque es lo que forma parte de mi vida y de mi día a día. Es lo más importante que tenemos, pero muchas veces tardamos mucho tiempo en darnos cuenta de ello…
También irme a Ibiza, al mar, al campo, a un prado y llenarme de experiencias para luego poder llevarlas a mis personajes.
Texto: Anna Alarcón @_annalarcon
Fotografía: Geray Mena @geraymena
Vídeo: Elena Martínez Santos @elenamartinezsantos
Estilismo: Lucía Sobas @luciasobas
Maquillaje y peluquería: María Verano @mariaverano.mk
Asistente de fotografía: Diego Perez de la Cruz @diegopdelacruz
Asistente de estilismo: Alazne Torres @alaznetorres
Agradecimientos a The Madrid EDITION @editionmadrid y Angels Project @angelsproject
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