En la época de Tupac y The Notorious B.I.G, la batalla entre la costa este y oeste polarizó el rap americano, que cada vez cogía más tintes de ser lo mainstream que es ahora. Sin embargo, las lujosas vidas que llevaban no eran suficientes para alejarles de su vida en las calles y de las malas compañías (como lo fue para ambos el infame P. Diddy), lo que les llevó a ser asesinados en diversos ajustes de cuentas. Aunque leyendas de esa época aún prevalecen, como es el caso de Snoop Dogg, la batalla entre costas volvió a las calles y se alejó de las calles, aunque siga cobrándose vidas, como la de Nipsey Hussle.
En este sentido, si en algo se ha caracterizado Lamar es por ser transgresor en todos los sentidos. Su manera de darle valor a la música de la costa oeste es enalteciendo su grandeza por medio de sus artistas y música pura y dura. Pues antaño, los beefs entre ambas contenían en sí una batalla de egos enormes que no buscaba dar valor a una de ellas, sino desvalorizar una para darle más a la otra. Más tarde, acontecimientos como el Black Lives Matter ayudaron a la conciliación de ambas y, ahora, «GNX» se corona como una clara muestra de que la tensión entre costas, por suerte, ya no es la misma que antes...
Crítica de «GNX» de Kendrick Lamar
Otra acción de valor que sobrepasa los límites de la música es la presencia de la cultura latina en el disco. La cantante mariachi Deyra Barroso, a la que Kendrick conoció en un homenaje a un jugador de béisbol fallecido, quedando completamente enamorado de su voz, hace aparición en varios tracks del disco. Es curioso porque choca escuchar una voz latina cantando en castellano en la primera canción de «GNX». Además, en el tracklist, que cuenta con artistas a los que Kendrick quiere dar a conocer (quitando a SZA y Roddy Rich, que no necesitan presentación), se encuentran dos raperos con raíces mexicanas: Peysoh y Lefty GunPlay.
Ya en materia musical, no estamos, ni de lejos, cerca de uno de los mejores proyectos de Kendrick Lamar. Es curioso porque aun así, no sería de extrañar que el proyecto fuese nominado a disco del año en los Grammy el año que viene, en ese nivel está el también conocido como K.dot.
La vuelta de los ritmos West Coast comenzó con el famoso «Not Like Us», que también le da sentido al disco, y ahora se culmina gracias a que un artista mainstream está poniendo cada vez más escalones en el ascenso meteórico del género. «squabble up», por su lado, es el focus track del proyecto, con un videoclip cuanto menos curioso al que se le podría dedicar un artículo, pues evidentemente está hecho de la misma pasta que «Not Like Us» y ya es número uno en todas las listas.
Otra cosa a la que podríamos dedicar un artículo es a la performance de SZA en «luther» y «gloria». Las grandes dotes de la artista californiana se suman aquí al morbo que ha causado esta colaboración por la enemistad de Lamar con Drake, con quien se rumorea que SZA mantuvo una relación amorosa, apareciendo dos veces en su disco «For All The Dogs», de hace apenas un año. Por nuestra parte, solo nos queda esperar a la versión deluxe de su disco «SOS»...
Un momento destacado del disco es el ya famoso grito de Lamar en «tv off»: «Mustaaaaard!», un grito de guerra que franquicias deportivas como Boston Celtics ya han hecho suyas. Un shoutout al productor Mustard que viene que ni pintado tras ponerle el ritmo a «Not Like Us» y «tv off». Para nosotros, esta dupla es de lo mejorcito que nos ha dado el hip-hop anglo este año.
Volviendo a la costa oeste, otro de los tracks destacados del disco es «reincarnated», que samplea «Made N*ggz», por la manera de transmitir de Lamar con una voz más cruda y rasgada, donde divide la grabación en tres versos. En el primero, se pone en la piel de quien se rumorea que es el guitarrista de los 40 John Lee Hooker, en el segundo encarna a una cantante de R&B con problemas con las sustancias estupefacientes y en la tercera, simplemente es él mismo. Música negra en su máximo esplendor.
En resumen, el disco, que se podría interpretar como mixtape, es el cierre de año de un rapero que se ha ganado una actuación en solitario en la Super Bowl 2025 y que, con el número uno que proyecta «squabble up», se convierte en el primero que posiciona tres números uno en la lista Billboard en 2024 y un incontable número más de logros.
No es «Mr. Morale & The Big Steppers» ni «To Pimp a Butterfly», pero «GNX» es un disco necesario que busca relanzar un nicho como es el West Coast, que lleva años a la sombra de todos los que han caído por el estilo de vida que suponía. Así, después de resultados, calidad y cantidad de música, el 2024 de Kendrick roza la perfección. Drake debe estar temblando...