El Bar Luce es un rincón mágico. Diseñado por el director de cine Wes Anderson, este café milanés es el sueño de todo fan del cineasta. Si te cuentas entre su legión de seguidores, te encantará saber que la particular estética de sus películas está reflejada al milímetro en este escenario tan especial, ubicado dentro de la Fondazione Prada. El edificio respeta  algunos detalles de la construcción original, manteniendo los arcos del techo, que recrean los de la Galería Vittorio Emanuele, uno de los monumentos más característicos de Milán. A pesar de que Anderson asegura que "Intenté crea un bar donde me gustaría pasar mis tardes de no-ficción", el lugar bien podría haber salido de una de las escenas de "The Royal Tenenbaums" o "El Gran Hotel Budapest": Los colores pastel inundan cada rincón, en convivencia con los paneles de madera que recubren las paredes, evocando la estética italiana de los años cincuenta y sesenta. Pero, además de las cintas de Anderson, la inspiración viene de las películas de dos popes italianos como Vittorio de Sica y Luchino Visconti. Por otra parte, las tentadoras delicias que se pueden degustar, nos trasladan a un mundo de cuento. ¿La música? Sale de este coqueto jukebox lleno de clásicos italianos. Un café perfecto para un poco de "postureo". Las máquinas de pinball, hacen referencia a los films de Anderson. El de la izquierda toma como referencia "The Life Aquatic" y el de la derecha, el corto "Castello Cavalcanti", un fashion film que realizó para Prada. A pesar de que en sus películas la simetría suele jugar un papel vital, para este espacio Anderson afirma que "No existe un ángulo ideal. Es para la vida real, y por eso debe tener numerosos sitios buenos en los que sentarse a comer, beber, hablar, leer... Creo que sería un buen escenario para una película, pero sería todavía mejor para sentarse a escribir una película." Si estás planeando un viaje a Milán, ya sabes cuál debe ser tu primera parada. Arancha Gamo @arancha_gm