A la vista queda que los tiempos han cambiado… y la industria musical ha sido testigo y reflejo de este cambio generacional marcado por la volatilidad del momento, Internet y sus consecuentes redes sociales, y una acentuada preocupación estética con matices políticos.

La música urbana y los creadores de contenido independientes se han apoderado de nuestras listas de reproducción, “ha habido una ebullición de la creatividad y de la autenticidad, y han llegado a las primeras posiciones de consumo del país proyectos innovadores y personales, proyectos muy especiales fuera de los productos prefabricados que habían sucedido en las etapas anteriores del país”, afirma Leonora, CEO de Ladradora, la agencia que representa a muchas de las mujeres más potentes de nuestro país partícipes de este cambio.

Una de estas mujeres que ladran con fuerza es María Sioke, quien pertenece a la lista de artistas emergentes que comenzaron en Soundcloud hasta acabar siendo referentes de una generación. Su agencia intenta describir su propuesta como “una mezcla de reggaetón lento y melodías pop de baile, letras super catchy, estética fantasiosa, y un universo lleno de color y referentes del mundo kawaii”.

Ahora presenta su primer álbum: MOTTO, junto a su fiel cómplice, Pedro Ladroga. En Vanidad hablamos con ella sobre este debut y la visión de la artista sobre la industria. Y te lo contamos, claro:

¿Qué quieres expresar con 'Motto'? ¿Alrededor de qué concepto gira el álbum?

El motto por definición es la frase o aquello que resume el espíritu o la idea de una obra o de una vida. El life motto es aquello que refleja tu ideal, aquello por lo que vives y que no cambia en ti. Es decir, lo que te mueve por dentro y eso obviamente para mí es como un motor. Los sonidos de motor del disco identifican ese motto. El ideal es lo que se contrapone con esa idea de motto y simboliza la paz instantánea que tienes cuando consigues algo... hasta que te surge el siguiente plan.

¿Por qué el fetiche por los sonidos de motores u objetos de metal?

Me gustan los sonidos, los golpes, los líquidos. Tengo una obsesión con los sonidos foley. Si una canción mía no tiene algo así, la noto muy vacía. Tengo que meterle una caja registradora, un algo… (risas). Creo que esa obsesión al final se ha convertido en mi esencia y en la de mi música. Hace identificable mi sonido.

¿Piensas que romper las barreras de los géneros musicales e incorporar esta clase de sonidos rutinarios es una tendencia cada vez más en alza?

Creo que esto siempre ha estado… Los temas de reggaetón antiguo tienen millones de sonidos de ruidos: motores, un teléfono sonando... También en el hyperpop o en la música de R&B y rap 2000's R Kelly. Siempre ha estado ahí, pero nadie lo usaba para lo comercial.

¿Qué canción resaltarías del disco? ¿Por qué?

A mi me gusta mucho El Cristal Blindao porque es muy “fieresita”. Me apetece mucho cantarla en directo. Aun así, todas son mis hijas y no debería elegir...

¿Cómo ha sido trabajar con tantos coproductores?

En algunos temas he participado más en la producción y en otros he dejado que los productores me enviasen ideas que ellos tenían a partir de mis acapellas. Pienso que la figura del productor es esencial y este disco no tendría los matices que tiene si no fuese por que han trabajado en él productores tan buenos como Pedro Ladroga, Eurosanto y Garzi. Me parece indispensable tener otras visiones y puntos de vista de gente en cuyo criterio confío.

¿Crees que es cada vez mayor la tendencia por la alianza de productores independientes más que apostar por grandes discográficas?

Creo que tenemos más poder porque hemos trabajado muchísimo para aprender y mejorar cosas que antes creíamos que no estaban en nuestra mano. No necesitamos que nos regalen nada para poder hacer buen sonido. Sabemos producir, componer, escribir... No necesitamos que nadie nos ayude y esa independencia hace que hagamos lo que nos apetezca, que en muchos casos es aliarnos entre nosotros, poner nuestra pasta y hacerlo a nuestro modo.

En otras entrevistas has denunciado que quizás al coproducir te toman menos en serio que a los hombres. ¿Crees que existen menos mujeres que produzcan por el hecho de ser silenciadas o no tratadas con seriedad?

No lo veo solo en el ámbito de la producción. Cuando voy a las pruebas de sonido, me ha pasado en bastantes ocasiones que el encargado de la sala se dirige a algún tío que me acompañe antes que a mí. Como si fuese un tema de 'colegueo' que les correspondiera a ellos y ya. O sea, si vengo yo a cantar aquí, ¿qué te hace pensar que no voy a entender las instrucciones que me mandes?

No digo que pase siempre, pero cuando pasa, no me sorprende. En el estudio también cuesta ver a tías solas… A mí, en lo personal, me gusta currar con mujeres porque me siento más libre y pienso que a menudo comparten más mi visión. Me paso horas con mi amiga Mirris en el estudio (ella es ingeniera de mezcla), pero es obvio y reseñable que llevo años haciendo música y podría contar con los dedos de una mano a cuantas chicas me he encontrado de ingenieras en buenos estudios. Los hombres son buenos músicos y las mujeres también. Parece evidente, pero no lo es.

¿Por qué decidiste ser representada por Ladradora, una agencia solo dedicada al talento femenino?

Ladradora ha apoyado mis ideas desde el momento cero… Leonora es increíble y se desvive para que se reconozca el talento femenino en este país, cosa que no siempre es fácil. Para mí, Ladradora es mi familia también. Me siento libre porque yo mando en lo que hago, pero también apoyada porque confío plenamente en las chicas.

¿Crees que como mujer se espera de ti cosas diferentes? Es decir, si no bailases, si no te movieses como lo haces o no dieses el espectáculo que das, como hacen la mayoría de los hombres que se dedican simplemente cantar, ¿tendrías las mismas oportunidades que ellos?

Pienso que se espera mucho más de una mujer para considerar su trabajo como "válido"... y no solo en España. ¿Sabes el meme ese de las mujeres en la Superbowl vs los hombres en la Superbowl? Ves los shows que han ofrecido las mujeres en ese tipo de eventos, los looks, coreografías, voces increíbles… esas mujeres seguramente llevan las rodillas llenas de moratones de ensayar coreos. Luego los comparas con algunos shows de un señor en traje, con un micrófono y dices “jolín”… (risas)

No digo que los hombres no den shows increíbles también, pero cuando una mujer no lo hace, es como que se queda corta, ¿sabes? En el primer concierto que di, ya preparé una versión de audio para el concierto con los coros, algún paso de coreo, ideas de lo que quería decir, una bailarina que me acompañó... y, aun así, sabia que iba a ser un concierto muy pequeño. La presión me parece que, en cierta manera, es buena para forzarte a ofrecer lo mejor de ti, pero debería ser por igual.

Eres cantante, por lo que has sido promotor y víctima del cambio dentro del paradigma musical en España. ¿Cómo has vivido esa transformación desde dentro?

Mucha gente lo dice, así que supongo que es un cambio que incluso se estudiará en el futuro. Hemos tomado bastante el control en una industria en la que no existía la posibilidad de hacer las cosas por tu cuenta, en tu habitación, con tus medios. También te digo que, cuando lo vives desde dentro, no te das tanta cuenta de este cambio. También hubo una revolución en los años 70 y 80 con los grupos de punk y rock y las ventas radiofónicas… son burbujas.

Pienso que los músicos no nos paramos a pensar tanto en el funcionamiento de la industria como pueda parecer, sería un suicidio. Hoy es sábado, son las 00:25 y estoy en el estudio componiendo porque es lo que me apetece hacer ahora. Claro que quiero que esto lo escuche el público, pero no pienso: “¡Dios como ha cambiado la industria! Ahora puedo llegar a mi público yo sola y antes solo podía contentarme con grabar un CD y llevarlo a la oficina de una major”, ¿sabes? Sin embargo, sigue habiendo muchas cosas que cambiar...

¿Qué es lo que queda por cambiar? Si pudieses elegir el siguiente cambio en la industria, ¿hacia dónde te gustaría que se dirigiese España a nivel musical? 

Lo que más me gusta de España es que hemos bebido a sorbos de muchísimos géneros. Hemos hecho música en la calle, en el estudio pequeño de un amigo… tenemos mucha soltura para desenvolvernos en muchos ámbitos, lo que nos ha creado un muy buen criterio a la hora de hacer música.

No cambiaría nada con respecto al estilo propio que tenemos, pero sí que me gustaría que, a nivel industrial, se apoyase más a los jóvenes talentos. Si todos los que estamos haciendo música con la poquísima inversión de nuestro bolsillo, tuviésemos un poco de apoyo, ¿sabes las maravillas que podríamos hacer? El talento y las ideas no faltan en este país y estoy orgullosa de eso.

 

Lulu Callejas: @lulu.callejas 

Imágenes: Cortesía de Ladradora