1. ¿Excedentes de stock? No problem. Hola, producción bajo demanda

La caída en picado de nuestra vida social, la ausencia de viajes y las largas jornadas de teletrabajo en las que nos pasamos la vida con pantalones de pijama, no son exactamente las imágenes que las marcas tenían en mente cuando realizaron sus pronósticos de compras para las temporadas 2020-2021. Dada esta situación en la que nos encontramos, se enfrentan a unos excedentes de stock que no dejan de comerse los márgenes...

Así, ya hay algunas que están reinventando su cadena de valor con una producción bajo demanda. De esta manera, reducirán la complejidad de las colecciones y jugarán con un menor margen de error a la hora de hacer predicciones en un ambiente todavía incierto. Para intentar hacer frente a esta incertidumbre, diferentes herramientas de análisis de tendencias y predicción, cobrarán importancia y se combinarán con las producciones bajo demanda.

2. El consumismo ya no está de moda

La tendencia hacia el slow fashion se venía abriendo paso tímidamente desde hacía unos años, y la pandemia lo más positivo que ha hecho ha sido acelerar y precipitar esta forma de producir y consumir. Un estudio reciente llevado a cabo por McKinsey, afirmó que un 65% de los consumidores planean comprar artículos más atemporales y de mejor calidad, considerarando el “factor novedad” como el menos importante de la lista de factores a tener en cuenta a la hora de comprar.

 
 
 
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En esta línea, este 2021 seguiremos viendo una mayor crítica al consumismo y una mayor demanda de transparencia y valores por parte de las marcas, que serán clave en la toma de decisiones a la hora de comprar. Esto se verá directamente reflejado en el triunfo definitivo de la compra-venta de moda de segunda mano y el alquiler de ropa, apostando así cada vez más por la circularidad.

 
 
 
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3. Buy Local 

Si algo nos ha enseñado la pandemia, es a apoyar a los comercios pequeños y de proximidad. Y en la moda, no iba a ser menos. Durante el pasado año, pequeñas marcas tradicionales se hicieron más visibles, lo cual también encaja con la mayor demanda de autenticidad y transparencia que mencionábamos en el punto anterior.

4. El boom de las compras online

La tienda física y el online se intercambiarán papeles. Mientras que los establecimientos serán un punto más transaccional, la experiencia online ganará prioridad. Por esta razón, tecnologías como la realidad aumentada cobrarán fuerza. Por otro lado, facilidades en pagos, envíos y devoluciones también subirán posiciones en la lista de nuevas prioridades de las marcas.

5. Cambio en el modelo tradicional de tienda física

Relacionado con el aumento de compras online, el papel de la tienda física ha pasado a un segundo plano, pasando a ser un lugar transaccional donde nos probamos la ropa, recogemos nuestros pedidos online o realizamos devoluciones. Así, habrá muchas marcas que opten por pasarse al online 100% para ahorrar costes, teniendo presencia física únicamente en formato pop-up. La atención al cliente con cita previa o mediante canales menos convencionales como Whatsapp, también ganarán fuerza.

 
 
 
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6. Adiós a los desfiles presenciales

Las marcas de alta costura también han sabido adaptarse a los nuevos tiempos, mostrando sus colecciones a través de fashion films, realizando desfiles en streaming, o incluso mediante videojuegos (como recientemente ha hecho Balenciaga). Ya divisamos ciertos cambios a mediados del año pasado con la decisión de algunas marcas de desmontar el tradicional calendario de la moda. Algo nos dice que esta revolución no ha hecho más que empezar…

 
 
 
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