Todos somos carne de "reality" (sí, tú también)
Vanidad quiere comenzar la semana con unas risas dándoos siete razones por las que un "reality", a veces, bien merece ser visto. Sabiendo siempre a lo que
Debemos ser honestos. La realidad mediatizada, o lo que es lo mismo, el "reality show", es un género televisivo que, por suerte o por desgracia, no ha hecho sino proliferar desde que viviese su primer auge en los Estados Unidos de los años setenta con el para nosotros desconocido "An American Family", un programa en el que la cámara seguía cada semana la vida de una familia cuyos integrantes, poco tiempo después, se convirtieron en auténticas estrellas de televisión. ¿Sorprendente? No, pero debería.
Debería si, tal y como aseguran muchos ciudadanos en las encuestas, nunca han visto ninguna clase de "reality" por considerarlos “banales”, “amañados” y “dañinos”. Mercedes Milá, paradójicamente, sigue teniendo trabajo. Bien. Dejando a un lado esa doble moral que muchas veces nos acompaña y aprovechando como excusa que ayer la cadena norteamericana OWN estrenó “Lindsay” –una nueva (y copiosa) mirilla a la controvertida vida de Lohan y su familia-, Vanidad quiere comenzar la semana con unas risas regalando siete razones por las que un "reality", a veces, bien merece ser visto. Sabiendo siempre a lo que nos enfrentamos, claro.
1. Nos encanta un buen chismorreo, eso es así. Más aún si no es sobre nosotros mismos. De ahí que la revista con mayor tirada de nuestro país -no diremos nombres- sea de naturaleza sensacionalista y supere los tres millones seiscientos mil lectores semanales. Recalcamos el semanales.
2. Y mira, a decir verdad... Un lunes en nuestra vida nada tiene que ver con un lunes en la vida de una Kardashian. Con o sin un guión como base, que conste. El entretenimiento, amigos, no es sinónimo de banalidad o incultura, sino de distracción, pasatiempo, recreo e incluso placer (que no lo decimos nosotros, lo dice la RAE).
3. Además, nunca sabes cuanto puedes llegar a aprender de un reality. O cuán distintas somos las personas, que también. ¿Y no es a caso importante en la vida respetar a los demás tal y como son?
4. Y volviendo a lo de aprender... Paris nos enseñó mucho.
5. La audiencia social, un nuevo modo de medición que valora el impacto de los programas de televisión en el público a través del uso o desuso de las distintas redes sociales, muestra que de entre los diez programas con más presencia en Twitter durante todo el 2013, siete eran "reality shows" y tan sólo tres series, por lo que económicamente un "reality" es mucho más que una hora escasa de carcajadas.
6. Además, expertos en comunicación aseguran que "cada individuo selecciona los estímulos a los que quiere responder, atendiendo a causas como sus valores, intereses y funciones sociales (...) y a sus necesidades y la gratificación que les proporcionen", por lo que podrás haber sido espectador accidental una vez, dos ya no: Caíste, y te gustó.
7. De hecho, es tanta nuestra hambre de telerrealidad -así llamada, tenga poco o nada de cierto-, que Nicole Polizzi, a.k.a. Snooki de "Jersey Shore", no sólo ha levantado un auténtico imperio empresarial -posee varias tiendas en las que comercializa sus propias joyas, lociones para el bronceado, gafas de sol, perfumes y bolsos-, sino que además, en 2012, ocupó el tercer puesto en el ranking "Los famosos más mediáticos" realizado por Forbes. ¿La culpa? Nuestra; y como el caso de Snooki, docenas.
Y así, casi sin querer, aquí estás. Claro que, ni ves tele-basura ni lees otra cosa que no sea tu diario de cabecera. Ay...
Alejandro Bernad Perié