La artista madrileña presenta su primer álbum, ‘FOMO’, en el que la fuerza, la tranquilidad y la seguridad de un “alter ego” escondido son los únicos protagonistas.
Imagen: Cortesía de Warner Music Spain
Imagen: Cortesía de Warner Music Spain
La artista madrileña presenta su primer álbum, ‘FOMO’, en el que la fuerza, la tranquilidad y la seguridad de un “alter ego” escondido son los únicos protagonistas.
No siempre podemos controlar nuestras emociones más instintivas y profundas, pero es precisamente eso lo que nos hace fuertes. Al menos eso intenta expresar Paula Cendejas en FOMO, un cajón musical en el que ha ido guardando el camino agridulce que ha necesitado atravesar para ser quién hoy es.
Tras su último EP, Contragolpe, este nuevo trabajo nos habla del miedo a perderse algo, de la necesidad de estar presente y, sobre todo, de la ansiedad que muchas veces guía nuestras decisiones de manera incontrolable.
Pues tiene un peso grande. Las primeras veces siempre tienen un peso grande. Al final he abierto la puerta a un trabajo más conceptual y me genera mucha expectación. Esta semana es el resumen de todo: hay miles de emociones dentro, nostalgia porque se acaba una etapa, incertidumbre por ver cómo lo recibe la gente… Está siendo una semana muy emotiva pero estoy feliz.
Pues hace ya casi tres años. Antes del confinamiento salió el primer tema. Parece una eternidad… ¿2020? Ya ni me acuerdo. Yo estaba con mis crisis existenciales de aquel momento, me preguntaba qué hacía con mi vida… Parece una historia que me la cuentan y no es real, pero ha pasado. Saqué mi EP Contragolpe y me puse a trabajar en el álbum.
Es un recorrido pero que no pretende contarte una historia, sino dar a entender que no todo tiene un principio y un final. En la tracklist hay una de cal y otra de arena, que yo en verdad soy muy así en la vida.
Aun así, a nivel sonoro y expresivo me he encargado de que el orden fuera importante para que la gente pueda sumergirse en una experiencia cuando lo escuche.
La verdad que me costó un poco. Para mí FOMO es una representación de ese sentimiento agridulce que he tenido durante este proceso de creación del álbum y me parecía una forma valiente de cerrarlo, una manera de darle nombre a algo que muchas veces no le das, y eso ayuda mucho.
Por supuesto. Es más, para este álbum hice una visión general de todo lo que había ocurrido en el proceso, tanto lo bueno como lo malo, y llegué a la conclusión de que había sentido esa ansiedad muchas veces y que eso me había llevado a tomar unas decisiones u otras. Al final es inevitable y no lo puedes controlar. Aunque hayan sido decisiones que han acabado en algo precioso, me parecía que mostrar esa parte no tan bonita, sino más real, era interesante.
Yo creo que ha sido todo un camino. Ha habido hitos, momentos más importantes, como el que te comentaba. Venía de trabajar con un productor con el que dejé de hacerlo, vino el confinamiento, no tenía manera de conocer y de abrirme un poco a este mundo… Había estado muy focalizada en trabajar con un solo productor y, cuando acabas de empezar, el hecho de seguir con esa búsqueda de sonido y de uno mismo también supone un reto personal. Para mí la pandemia fue un momento bastante difícil pero que me hizo florecer de otra manera.
En FOMO hice una criba grande porque quería ir al grano, que todo fuera muy directo, cada referencia y cómo me he sentido en cada momento. Y todo eso me ha hecho aprender mucho más de mi sonido y ha dado pie a lo que estoy haciendo ahora. Por eso estoy súper ansiosa con seguir desarrollándolo.
Aunque no he encontrado mi sonido al cien por cien, sí está bastante cerca. Igualmente creo que al final siempre está en constante evolución.
Para mí siempre ha sido una forma muy orgánica de hacer música. Me parece un gesto precioso porque ya han pasado casi diez años desde que empecé con las covers y casi cuatro con mi música y eso es el resultado de un buen camino.
Es un honor que la gente crea en mí porque a día de hoy muchos de los nombres que mencionas no tienen esa necesidad y si lo hacen, es porque les gusta mi trabajo.
No sé si queda algo… Supongo que la parte más profunda e instintiva de mí sigue siendo mía, pero me han pasado tantas cosas que al final es inevitable que evolucione. Me siento muy diferente y me tomo las cosas de otra manera, como el hecho de no tener prisa.
Hoy todo va tan rápido, la música se consume tan rápido, que haces un tema y a las dos semanas se queda viejo… Creo que es importante luchar contra esa ola de que todo tiene que salir inmediatamente. Eso era algo que antes me quitaba el sueño y ahora, después de tres años trabajando en esto, al fin he aprendido a frenar.
Esa portada, que no la considero para nada explícita, es cierto que impacta porque la gente no está acostumbrada a verme en esa faceta. Primero lo hice por algo personal, por intentar quitarme esa barrera y esos filtros que muchas veces me impiden que la gente conecte conmigo, al igual que he hecho con el nombre del álbum.
Diría que esta portada es, en cierta manera, una forma de quitarme esos miedos. Es enfrentarme a eso que en mi vida personal no sería capaz y que, gracias a la música, puedo hacer. Es como tener un mini alter ego. Me gusta jugar a ese juego.
Sí, totalmente. Ya solo por el número de temas supone un trabajo doble. ‘FOMO’ es un paso más, pues he tenido ese tiempo suficiente para crecer y que sea más redondo todavía que lo anterior.
En lo que hago más énfasis es en la gira. El 2 de febrero estaré en Barcelona y el 3 en Zaragoza. Van a pasar cosas muy guays, así que simplemente os diría que: ¡estéis atentos!
Lucía Goñi: @luuciagoni
Imágenes: Cortesía de Warner Music Spain