A muchos nos pasa que, a pesar de haber tenido un día muy cansado, cuando llega la hora de dormir, nos cuesta horrores conciliar el sueño. Algunos lo achacan al insomnio pero tenemos que tener claro que esto es un trastorno de sueño complicado y que no es algo que podamos diagnosticarnos a nosotros mismos a la ligera. En muchos casos, si hacemos pequeños cambios en nuestra rutina de noche, es muy probable que consigamos dormirnos mucho más rápido. ¿Quieres saber de qué pequeños cambios estoy hablando? Pues continúa leyendo porque aquí puede que encuentres la solución.
Dúchate antes de meterte en la cama
Si eres de los que se duchan por la mañana, prueba a hacerlo al atardecer. Eso sí, utiliza agua cálida para relajar tu cuerpo. El agua caliente ayuda a elevar la temperatura del cuerpo y, además, tiene un efecto sedante en nosotros. Por ello, ducharnos o darnos un baño un par de horas antes de meternos en la cama, nos ayuda a conciliar el sueño.
Adiós pantallas, hola libro
La pantalla de tu móvil o de tu ordenador entorpece enormemente la conciliación de sueño. Está comprobado, la iluminación de la pantalla, los datos 3G o 4G, etc, alteran la hormona del sueño. Las pantallas nos mantienen despiertos durante más tiempo y nos quitan las ganas de irnos a dormir. Es habitual que una persona que se lleva el portátil a la cama, se quede despierto viendo series o vídeos hasta altas horas de la madrugada.
¡Ojo con las cenas!
Cenar ligero es la clave, ya no por temas de pérdida de peso, sino por evitar digestiones pesadas que nos dificulten el sueño. Otro truco respecto a las cenas es realizarlas un par de horas antes de irnos a dormir. Así le das tiempo a tu cuerpo de hacer la digestión, evitas hinchazones y te puedes ir sin malestar a la cama.
Evita echarte la siesta
Sabemos que este apartado duele porque no hay nada mejor que reposar en la cama (o en el sofá) un rato después de comer. Pero si duermes las horas suficientes durante la noche, las siestas no son necesarias. Y menos, si por la noche tienes problemas para conciliar el sueño. Intenta hacerle frente al día de un tirón y ya verás como llegas más cansado y con más sueño a la hora de dormir. Merecerá la pena.
Mantén los pies calentitos mientras duermes
Parecerá una tontería... pero no lo es. Mientras tus pies estén calientes, no cogerás frío. Es así. No hay nada más incómodo que estar durmiendo y despertarte porque tienes frío. Y eso ocurre más de lo que nos gustaría.
Marina Niemietz - @marinantz