En Navidad hay suficientes obligaciones y frentes sociales que atender como para complicarse (más) la vida. Queremos regalos emocionantes, pero rápidos, comidas y cenas llamativas, pero sin ser cautivas del tiempo y cosmética efectiva, que nos dé el look deseado pero que no nos abandone en mitad de la fiesta o exija retoques...

Las fiestas son el momento de la fantasía, sí, pero también de los productos duraderos, concentrados e inseparables de la piel y el cabello. 

Conscientes del reto, y de que esta época es la reina en el mundo del perfume, nos hemos propuesto encontrar aquellos aromas aliados, aquellos que se adhieren a tu estela sin dejarte de lado. ¿Preparadx?

Aura Pink Magnolia, de Loewe

 

Aura se inspira en el trabajo fotográfico de Karl Blossfeldt, delicado, sutil y preciso para sus nuevos lanzamientos en la familia. La celebración de la naturaleza que conseguía el alemán en su obra ha sido recogido de manera directa en el diseño del envase, de delicado cristal y tapón de madera de sicomoro. En cuanto al interior, se vale del protagonismo de la magnolia, flor blanca femenina e inspiradora, para crear desde ella dos aromas diferentes, White Magnolia y Pink Magnolia. Ambas poseen un 20% de concentración de aceites esenciales, lo que explica su intensidad y permanencia. Nuestra favorita es la segunda, dulce con notas florales, que rodea a la magnolia con algodón de azúcar, para el toque goloso, y yuzu para conseguir una chispa cítrica.

Coco, de Chanel

 

Coco lleva el nombre de la fundadora de Chanel porque recoge de manera brillante su gusto por el Barroco. Pero además (y pensando en el año en el que fue creado, 1984) Coco también es un fiel reflejo de la personalidad de la mujer de la década de los 80. Su pirámide olfativa condensa ese espíritu lujoso y suntuoso de las tendencias de aquel entonces. Para ello se creó un aroma del tipo oriental, basado en notas balsámicas, más que especiadas, dramático y lleno de deseo. Exuberante, no deja a nadie indiferente mediante la presencia de mandarina siciliana de salida y un corazón de jazmín, ylang-ylang y azahar tunecino. Para asentar el conjunto, la base de pachuli y tonka resulta bastante reconocible a la par que clásica. Poderosa y llena de contrastes.

L’Interdit, de Givenchy

 

Aunque nos encontramos con una nueva versión de esta creación, nunca está de más revisar la historia de L’Interdit original. Según la mitología de la moda fue creado por Hubert de Givenchy para Audrey Hepburn. Ante la ofensiva posibilidad de que el primero lo comercializara al gran público, la actriz se lo prohibió tajantemente, de ahí el nombre de “lo prohibido”. Interesante historia que sigue presente como inspiración para articular este perfume a tres manos, intenso y voluptuoso, que reivindica los opuestos y la rebeldía. La reina es la flor de amapola, que pone el contrapunto oscuro al azahar y el nardo del corazón, mientras que la pera y la vainilla subrayan el carácter desenfadado de la propuesta. La impronta de Rooney Mara como imagen no puede condensar mejor este espíritu, delicado y glamouroso de una Audrey de 1950, con toques de underground y cosmopolitismo. 

Angel, de Thierry Mugler

En esta selección no podíamos dejarnos a Angel, un icono indeleble desde su lanzamiento. Un oriental gourmand que rompió moldes por su hedonismo, casi paladeable con solo con pulverizarlo. El frasco embellecido con cristales en edición limitada para Navidad es la excusa perfecta para adentrarse en su universo dulce y frutal, con vainilla, praliné, ciruela, melocotón, miel, chocolate, caramelo y frutos rojos, aligerados con una bergamota y mandarinas punzantes. Sin embargo, predomina lo embriagador de los primeros, por lo que resulta perfecto para esos meses fríos en los que necesitamos envolvernos (aunque sea figuradamente) de capas protectoras.

J’Adore, de Dior

 

El gran floral de Dior se recrea en las clásicas notas de la rosa damascena de Turquía, el nardo, el jazmín de Grasse o el sambac de la India para crear una propuesta prácticamente estable desde su lanzamiento en 1999. Seductora, inmersiva, opulenta, perfecta para quienes les gusta dejar huella, al menos olfativa... Su carácter tremendamente femenino queda también plasmado en un frasco convertido en símbolo en estos veinte años, con referencias a las curvas de un ánfora antigua y a la joyería que altera los cuellos de las mujeres padaung.

 

Berta Almagro: @bertalmagro

Imágenes: Cortesía de las firmas

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