Hasta no hace mucho, que tu mayor secreto de belleza fuera usar un aceite, era un gesto folclórico, como de otro tiempo. Habiendo tantas texturas y presentaciones en el mundo de la cosmética, apostar por algo aparentemente tan sencillo parecía abrazar la simpleza entendida como falta de mundo. A ese respecto, antes los aceites eran los grandes marginados...

Como ejemplo, siempre me gusta recordar a ese tótem español que es Sara Montiel y su secreto para cuidar cara, cuerpo y pelo: el aceite de oliva. Lo siguió usando fielmente, incluso cuando llegó a Hollywood. Sobra decir que allí no les parecía muy apetecible, más bien todo lo contrario. Sus compañeros de profesión se quejaban de que olía a ensalada y no querían estar cerca de ella. Pobres. 

Por suerte, con el tiempo hemos dejado atrás complejos y prejuicios, abrazando todo el poder que los ingredientes tan de siempre, como los aceites, pueden ofrecernos. Ahora, por fin, suben al escenario principal a recoger su merecido crédito (y por buenas razones). Nutritivos, protectores, antioxidantes... Su aplicación resulta reconfortante como un abrazo, así que no imaginamos mejor momento que el actual para utilizarlos. Es tiempo de aceites y estos 8 son nuestros favoritos invernales:

Restoration Oil, de Oskia

Cuando la piel necesita resucitar, hay que recurrir a un antídoto como este de Oskia, que combina una serie de aceites preciosos como el de lupin (conocido como “la soja de los Andes”), hinojo, cúrcuma, semilla de rosa mosqueta, borraja y onagra. En conjunto calman, hidratan, nutren y mejoran la elasticidad. Rico en ácidos grasos, vitaminas B y E, antioxidantes y minerales que devuelven un aspecto saludable al rostro.

Calm Rose Hip Oil, de Apoem

 

Nos encanta esta propuesta de la firma española para casos sensibles o irritados por su acción reparadora y calmante. No posee fragancia, lo cual resultará de interés para todas las pieles que reaccionan ante la misma, pero sí un aceite descongestivo y anti-inflamatorio, como el de zanahoria, unido a otros de girasol y rosa mosqueta, de propiedades emolientes y estimulantes. Cuando sientes que tu cara no tolera nada, aquí tienes un recurso para volverla a poner a tono.

L'Huile, de Leonor Greyl

Los aceites para el pelo nos en-can-tan. De efecto modulable, según la cantidad y método de aplicación, resultan versátiles para todos los tipos de cabello. En esta ocasión, L'Huile cumple varias funciones: desenreda, suaviza y protege medios y puntas. Desde la firma, recomiendan usarlo antes de lavar la melena para ayudar al peinado, pero realmente también lo podemos usar para acondicionar después del champú, eliminar el encrespamiento o dar un toque final tras el secado.

Shampure Composition Oil, de Aveda

Seguimos con productos capilares, en este caso con un concentrado indicado para añadir en el lavado, pero también en la crema corporal o el baño de burbujas. La base es aceite de girasol, a la que se añaden otros extractos de hierbas y flores, como el de romero o el de limnanthes alba, con el objetivo de aportar paz mientras hidratan, nutren e iluminan.

Le Blanc Huile, de Chanel

 

La colección Le Blanc de la maison, específica para devolver el brillo perdido, celebra la llegada de una nueva incorporación. Su objetivo es lograr una tez lisa, transparente y vital. Para ello, aporta lípidos, revitaliza y suaviza visualmente las imperfecciones cutáneas. Contiene extracto y aceite de flor de ciruelo japonés, con propiedades digestivas testadas al ser ingerido, que aquí funciona como un remedio contra el aspecto cetrino. Su textura es seca, por lo que las pieles grasas no tienen que temer.

Lip Glow Oil, de Dior

Aunque a primera vista parece un brillo estándar, se trata de un aceite que, a corto plazo, aporta un color natural personalizado en función del nivel de hidratación de cada boca y, a medio, mejora la calidad de la piel. No resulta pegajoso, ni grasiento. Es más, podríamos clasificarlo como un cosmético con una textura a medio camino entre tratamiento y maquillaje. Su brillo espejo es adictivo, su aroma dulce no se queda atrás, pero lo mejor es que mientras tanto y sin darte cuenta, cuidas de tus labios.

Plant Gold, de Clarins

 

En este sérum de Clarins se une el poder del aceite con el de la emulsión y, de hecho, lo podrás ver a simple vista a través de su envase. Al aplicarlo en la cara, ambas presentaciones se unen para aportar sus deliciosos componentes: avellana, macadamia, almendra, semilla de uva y pachuli. La doble presentación 100% de origen natural resulta fragante y tónica a partes iguales, ya que nutre, hidrata y aporta elasticidad a la epidermis.

Açai Facial Oil, de Rudolph

Esta lujosa fórmula facial se confecciona a partir de aceite orgánico de açai, ese fruto procedente del Amazonas que muchos consideran un superalimento. En este caso, aporta ácidos grasos, minerales y vitaminas para devolverle un brillo saludable a la piel atenazada por el winter blues. Una cantidad pequeñísima, es suficiente para obtener un aspecto radiante y disfrutar de su fragancia que, pese a que no oculta el que pertenece a un producto ecológico certificado, resulta fina y elegante.

 

Berta Almagro: @bertalmagro

Imágenes: Cortesía de las firmas

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