No hay ninguna duda. El momento de la ducha es el más esperado por muchos porque significa muchas cosas. Por un lado, son unos minutos de paz, de mimos o de no pensar en los problemas. En conclusión, de desconexión.

Por otro lado, es el momento en el que limpiamos nuestro cabello y cuerpo. Nos exfoliamos, nos echamos el gel de baño, el champú y, también en ocasiones, la mascarilla capilar. Pero, ¿qué debemos hacer una vez hayamos salido de la ducha?

¿Cuál es la verdadera rutina de belleza después de la ducha? Te la desvelamos

Seguramente es una incógnita que nos surge muchas veces. Posiblemente, el primer requisito que tengas en mente es el de lavarte el rostro y seguir una rutina de belleza parecida a la diaria. Es decir, te aplicas el limpiador facial, el tónico, el serum y finalizas con una crema hidratante o protector solar si lo que harás después será salir a la calle.

En cuanto a la parte del cuerpo, lo mismo. Es importante la hidratación diaria para el cuidado de la piel corporal, sobre todo cuando nos exfoliamos, ya que lo que haremos será sellar la barrera cutánea puesto que, cuando aplicamos un exfoliante en la ducha, dejamos el cutis propenso a tener problemas como la irritación. Razón de más por la que no debemos olvidarnos en nuestro baño de una crema hidratante o aceite corporal.

¿Rostro o cuerpo? ¿Por dónde empiezo?

Ahora es el momento de lanzar nuestra siguiente pregunta: ¿por dónde empiezo? Posiblemente, tu mente te pedirá de manera automática que, cuando sales de la ducha, te secas el cuerpo entero con la toalla y a continuación te aplicas tu crema hidratante. Aun así, nosotros te recomendamos que le des la vuelta a la tortilla y, en vez de empezar con los productos corporales, hacerlo con el rostro.

La razón principal es que, cuando nos ponemos los productos corporales, algunos restos se quedan en nuestras manos, y de esta manera, llegan al rostro. Mientras nos encargamos de limpiar nuestra cara, posiblemente estemos contaminando los cosméticos faciales con los del cuerpo, y esto podría crear consecuencias negativas.

Por ejemplo, si nuestra crema hidratante corporal contienes perfume y no nos lavamos bien las manos antes de limpiar el rostro, estos restos de partículas podrían producir problemas como la irritación o el enrojecimiento.

Asimismo, lo mejor es, una vez hayamos salido de la ducha, despejar el rostro por completo, secarlo con una toalla y comenzar con nuestra rutina de belleza cotidiana. Una vez hayamos hecho eso, nos lavaríamos las manos y continuaríamos con la aplicación de los productos corporales.

Otros trucos a tener en cuenta después de salir de la ducha

Bien es cierto que hay que secar el cuerpo entero para ponernos la crema, un truco que podrías probar, si eres fan de los productos en aceite, es el de aplicártelo con el cuerpo húmedo. De esta manera, retiene el agua de la ducha.

Otro tip que deberías apuntarte es sobre las toallas. Debes tener en tu baño varios pares para cada parte del cuerpo. Es decir, tener uno para el rostro, otro para las manos, el del cabello también debe ser diferente y, evidentemente, la grande para el cuerpo o, si te gusta más, un albornoz.

Con estos consejos, estás listo para completar tu rutina de belleza nada más salir de la ducha. Como dice la frase «el orden de los factores no altera el producto», pues este caso tan cotidiano es solo un ejemplo.

 

Alejandra González: @alexgoonzalez13

Imágenes: Cortesía de Unsplash 

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