Más allá del perímetro copado por los grandes anunciantes, las firmas de lujo con sello independiente encuentran en la semana de la moda masculina de Milán el escenario perfecto en el que presentar sus colecciones.
La bombástica producción que se despliega en los desfiles de las marcas más reconocidas de la industria de la moda hace que, lógicamente, el altavoz de los principales medios de comunicación se dirija a ese reducido grupo de enseñas, capaces de congregar en su primera fila a lo más granado de la industria o, incluso, de subir sobre su pasarela, traje de lentejuelas doradas mediante, a Maluma, el cantante latino del momento.
Lejos de estos escenarios coexisten, también, un selecto grupo de firmas menos habituales en las páginas de las revistas que, con diferentes discursos estéticos, hacen equilibrios para encontrar un hueco en la escena de la moda.
Un humilde patio en la vía Procciani 11, al norte de la ciudad, sirve de antesala a la discreta galería en la que Andrea Pompilio presentará su colección para el próximo invierno. En la entrada, destaca un neon azul eléctrico que reza "Who the fuck is Andrea Pompilio?" el irreverente emblema que visten las nuevas camisetas del diseñador.
Su propuesta, difícil de categorizar, combina un amalgama de apetecibles prendas entre las que destacan un abrigo estampado en silueta oversize, un suéter jacquard de rayas tejidas sobre el que afloran las habituales costuras internas como un ornato más y una parka sobredimensionada en un vitaminado azul klein.
Pompilio no sólo presenta su colección para el próximo invierno sino que, además, aprovecha para poner énfasis en el lanzamiento de su último proyecto APsupermarket, una tienda online que le permite alejar su propuesta de la actual lógica del mercado, actualizando de manera constante su oferta de diseños customizados, realizados a partir de las prendas que recolecta en sus viajes alrededor del planeta.
La via Tortona, a las afueras de la ciudad, se convierte en un escenario predilecto para la moda emergente. Allí, firmas como Isabel Benenato, Miguel Vieira, la deportiva Represent Clo o Sartorial Monk descubren sus diseños.
También Sulvam, la enseña del japonés Teppei Fujita que, aunque se autodefine como masculina, proporciona una nueva belleza que permite vestir indistintamente a ambos sexos “Niego las tendencias actuales. Creo que la moda consiste en usar ropa libremente y con individualidad, más allá de la forma en que se supone que debes usar ciertas prendas -afirma el creador-, uno debe ser lo más libre posible”. Pese a todo, su repertorio respeta las reglas de la moda masculina tradicional “Desafío lo que siento que debe ser desafiado pero respeto lo que siento que debe ser respetado” y así se demuestra en una colección personalísima, en la que el diseñador ha realizado todos y cada uno de los elementos que la componen.
Ese compromiso por la estética `sin género´ lo adopta con la misma intensidad la firma Miaoran, cuyas raíces orientales se maridan en esta ocasión con las normas de la sastrería italiana en una propuesta cuajada de ideas intrépidas y cortes precisos que confunden al género con proporciones sobredimensionadas.
Otros creadores como Steffano Ghidotti y Michele Canziani -al frente de Milano 140-, son, sin embargo, capaces de convertir el majestuoso Palazzo Bobaro, -Corso Venezia, 21-, en un camping. La silenciosa quietud de este noble emplazamiento se ve súbitamente interrumpida por un desagradable zumbido y unos discretos rayos de luz que se reposan sobre las tiendas de nylon de colores instaladas en el interior del lúgubre palacete.
La colección se plantea con una visión disruptiva de la sastrería clásica, en la que a los rotundos abrigos de lana, trajes y chaquetas se yuxtaponen prendas deportivas en nylon y PVC. Parte de la colección se inspira en el arte de Giulano Sale cuya impronta está presente en patrones de patchwork y detalles de camisetas, camisas y sudaderas en un abanico de colores expansivo. Sobre los clásicos tonos burdeos, azules o mostaza se imponen otros con matices químicos como el amarillo brillante, el naranja y el azul real.
Intuición o casualidad, el nombre de la colección no es otro que “Find your own place” un presagio de la situación en la que viven muchas de las enseñas de la moda que sobreviven en un reducto claustrofóbico de la industria deseando encontrar su propio espacio.
Bruno Fabra -
Imágenes: cortesía de las firmas y Álvaro Gracía
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