Lo has leído bien. Dubái no es lo que era hace 40 años... Gracias a la bonanza económica que les vino dada por el boom del petróleo, la ciudad cambió radicalmente hasta convertirse en lo que es hoy en día. Y es que si ves fotos de hace solo unos años, te parecerá increíble que hayan podido construir tanto (y tan alto) en tan poco tiempo, por eso hoy en Vanidad queremos husmear qué se cuece en la ciudad de edificios infinitos entre el desierto y el mar.
Para hacerlo, elegimos el Nikki Beach Resort & Spa. Con una edificación muy definida, el hotel se conforma por rectángulos jugando en distintas órdenes y a distintas alturas. La decoración es despejada, muy abierta y encuentra con acierto las mejores panorámicas del mar desde cualquier ángulo, tanto desde las zonas comunes, como desde las habitaciones. El mobiliario es contundente pero ligero, dando así una sensación de relax informal dentro de una puesta en escena más que cuidada.
Las cristaleras de suelo a techo estrechan los vínculos entre el exterior y el interior, permitiendo un paso fluido de uno a otro. Mención aparte merece el spa y zona de tratamientos, que bien podría ser un destino en sí mismo...
El hamman goza de unas instalaciones amplias y bien pensadas para inducirte al relax, creando una atmósfera de intimidad y recogimiento gracias al mármol, la iluminación y el olor que desprenden las esencias naturales con las que deleitan tu cuerpo.
No queremos perdernos el magnífico desayuno en torno a la piscina (y casi en el mar), que nos sabe a gloria y nos prepara para empezar a descubrir lo que esta ciudad nos puede ofrecer. Dejamos a un lado las recomendaciones más típicas para buscar los verdaderos tesoros que se resisten al viajero que pasa aquí poco tiempo y de las que disfrutan los locales que tienen un conocimiento más profundo. Empieza a tomar nota:
¿QUÉ VER?
Por supuesto, las fuentes con sus juegos de agua, luces y música. Son un espectáculo digno de ver a los pies de El Califa, hasta ahora el edificio más alto del mundo. Y ya que estáis ahí, podéis hacer una inmersión en el Dubái Mall, con kilómetros y kilómetros de tiendas abanderadas por las mejores firmas del planeta.
Alserkal, una zona más alternativa con galerías de arte que sorprenden, coffee shops muy agradables y concurridos como el Boston Lane, o salas de cine alternativo como el conocido Cinema Akil.
Art Jameel, una fundación privada de la familia Jameel, que en un acto de generosidad y altruismo decidieron exponer al público de forma gratuita su excelsa y extensa colección de arte. Muy interesante.
Visitar el desierto, pero de una manera diferente. Si vuestra estancia coincide con luna llena, os recomendaríamos ir a Al Qudra de noche, al establo de Alí y dar un paseo a caballo entre las dunas para tener una experiencia inolvidable. Los caballos tienen una visión muy buena en la oscuridad así que dejaos llevar, sin miedo.
¿DÓNDE COMER?
YUI, en el Design District, Building 7. Es el mejor ramen de la ciudad. Allí acuden todo tipo de personas para disfrutarlo. Es fácil ver Rolls Royce y Ferrari aparcados en su puerta mientras sus dueños se deleitan en el interior, pero también es apto para el resto de los mortales.
3 Fils. Es comida básica pero cocinada por unos hermanos acostumbrados a regentar un restaurante con estrella Michelín en Francia que un día decidieron mudarse a Dubái e instalarse por su cuenta en el antiguo puerto de pescadores junto al hotel Bulgari. Es cocina con pasión.
Urban Dinner Cafe Nikki
The Bulgari Yacht Club, donde podéis disfrutar de la exquisitez en todos sus aspectos. Un espacio con guiño a la construcción de yates en sus materiales constructivos y una decoración serena y elegante firmada por Antonio Citterio, que te trae la esencia italiana verdadera. Toda la comida vuela cada día desde allí, así que el sorbete de Limoncello lo hacen con limones que llegaron esa mañana desde Sorrento. Aparte de los exquisitos productos, te encantará el trato que dispensan a todos los comensales. Sin duda, una elección perfecta para cualquier homenaje.
The Máxime es otro de los restaurantes más exclusivos que merece una visita si vuestro presupuesto os lo permite.
Amazónico. Sí, hace un mes que ha aterrizado el mismo restaurante con el mismo decorador que tenemos en Madrid: Lázaro Rosa-Violán. Y con mucho éxito por lo que parece...
¿DÓNDE BEBER?
Como sabréis, en los Emiratos Árabes está tajantemente prohibido el alcohol, pero podríamos decir que no se lo toman 100% al uso ya en realidad, hay muchos establecimientos que tienen licencia para venderlo... La noche en Dubái es muy animada pero recomendamos dos de los lugares que más nos gustaron:
Sky 2.0. Es el hermano pequeño del conocido SKYBAR Beirut y un local para no perderse.
Iris. Un rooftop también como el anterior, con el skyline de Dubái al fondo y donde sirve buena comida y unos cócteles excelentes.
¿QUÉ COMPRAR?
Frutos secos, por supuesto. Aquí son de excelente calidad.
Oro. Bueno, bonito y muy barato
Inciensos, en el mercado de las especias con una gran variedad y siempre excelentes.
Ve a Comptoir 102. Es un concept store que montaron dos chicas francesas mientras vaciaban una casa de la playa para vender una selección de artículos nacionales e internacionales.
Boutique 1, en Mall of Emirates, con las firmas de mayor peso en el globo. Sube al piso de arriba, tienen los trajes de alta costura apilados como si fuera un almacén... ¡y a precios fantásticos!
Montroi
Montroi. En el Desig District, Building 7. Aquí podemos encontrar una firma que encarna un concepto: la celebración del Nomadismo. En torno a esta forma de vida, articula una serie de productos de cierta utilidad para el viajero actual y donde todo rezuma exquisitez. Desde la idea, hasta la ejecución. Su marroquinería se la traen de nuestro Ubrique; el agua de rosas, de un perfumista de una montaña cercana; las camisetas con algodón indio, las mandan a confeccionar a Suiza; las esencias, provienen de artesanos (escasos ya) con conocimientos ancestrales que van encontrando por el mundo mientras viajan.
Montroi
Su planteamiento no es hacer un producto para vender, sino transmutar una sensación percibida en un artículo que luego se vende en edición limitada. Lo más curioso de todo es que está capitaneada por un español, Enrique Hormigo, antiguo director de marketing de Chanel que, desde luego, abandera ahora la nueva idea de lujo todavía definiéndose. Sin duda, un must imprescindible si visitáis la ciudad (aunque también podéis comprar sus exquisiteces en su web).
Por cierto, no os perdáis sus guías de viajes, son realmente un faro imprescindible para cualquiera. Y ahora... ¡a disfrutar de Dubái!
Carlos Sánchez
Imágenes: Propias, cortesía de las firmas y de Nikki Beach Resort & Spa Dubai