Las obras de arte dejan las paredes de los museos por el mundo de la moda y se convierten en la inspiración de las colecciones de las grandes firmas. La vida imita al arte, mucho más que el arte imita a la vida, decía Óscar Wilde. Pues en Vanidad hemos encontrado ejemplos de cómo los diseñadores de moda terminan también cayendo en el mundo de los artistas. Pinturas, esculturas y arquitectura se cuelan en tu armario. La gran ola de Kanagawa (Katsushika Hokusai).- Alena Akhmadullina Claramente los vestidos acuáticos de esta diseñadora rusa vienen inspirados por la obra del pintor japonés. Venus de Milo.- Bimba & Lola La colección de verano viene inspirada complemente en la antigua Grecia y Roma y sus esculturas femeninas. La camisa de rostros como El nacimiento de Venus de Boticelli, pero sin duda nuestro favorito son estos esculturales pendientes con piedras multicolores y el cuerpo de la Venus de Milo. Brillo (Andy Warhol).- Moschino Jeremy Scott al frente de Moschino es la reencarnación del pop-art en el siglo XXI. Nenúfares (Claude Monet).- Delpozo Los vestidos de Delpozo siempre recuerdan al impresionismo de Monet y sus cuadros de los jardines en Giverny (Francia). Las dos Fridas (Frida Kahlo).- Balmain La extraordinaria mente de la artista mexicana se reproduce en tela a través de este vestido de la Balmain army. Tigre en una tormenta tropical (Henri Rousseau).- Gucci El pintor de arte naíf que se olvidaba de las proporciones o perspectivas en sus retratos de animales salvajes, ve su obra representada en los vestidos coloristas de Gucci. Cantante melancólico (Joan Miró).- Marc Jacobs El vestido que usa el blanco como fondo a unas figuras en colores primarios recuerda a la obra surrealista del artista catalán. Sainte Chapelle (Paris).- Dolce & Gabbana El colorido rojo y azul de las vidrieras del templo gótico parisino tienen acento mediterráneo en el estampado de la casa italiana.   Marta Otero

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