La colección que Juanjo Oliva presenta con Ecoembes en MBFWMadrid pone de manifiesto que la alternativa sostenible es una realidad verosímil.
“El movimiento se demuestra andando”, parafrasea el diseñador madrileño en argumento de su primera línea de ropa confeccionada por entero a partir de materiales reciclados. “Los actores de la industria tenemos que ser contemporáneos y debemos proponer ropa ética”, concede.
Con la ayuda de la organización medioambiental sin ánimo de lucro, Juanjo Oliva ha elaborado todas sus propuestas para la próxima temporada mediante botellas de plástico (PET), dando un paso al frente en
el camino hacia la sostenibilidad. “Cuando me llegó la propuesta yo ya estaba un poco inquieto a nivel personal por todos estos datos que son abrumadores”, admite.
La industria textil es la segunda más contaminante del planeta después de la petrolera, responsable de la emisión de 850 millones de toneladas de CO2 al año. En el mismo intervalo de tiempo, cada español consume, de media, unas 34 prendas y desecha entre 12 y 14 kilos de ropa, según un informe de la Asociación Ibérica de Reciclaje Textil (Asirtex). La producción de “moda rápida”, el apelativo que recibe la ropa barata que oculta grandes costos sociales y ambientales –aquella que fabrican las cadenas-, está disparando la generación de residuos hasta cotas inasumibles.
Oliva by Ecoembes da continuidad a un proyecto que la entidad arrancó en 2015 con el fin de mostrar las aplicaciones que el reciclaje puede tener en la moda, impulsando los principios de la economía circular de esta industria.
“Solemos pensar que lo reciclado vale menos, y no es así”, explica el equipo de Ecoembes. “Juanjo ha diseñado una colección de primer nivel con basura, gracias a la innovación”.
“Nuestro cliente cada vez entiende el lujo más si viene apoyado por esta idea de sostenibilidad”, asegura Oliva. La moda ética, también llamada “
slow fashion”, todavía tiene un largo trayecto por delante, no sólo en la búsqueda de nuevos tejidos naturales, libres de productos tóxicos, sino también en el encuentro de un comercio justo y una conciencia real sobre el reciclaje.
Sin embargo, el diseñador tiene buenos presentimientos. “Nos hemos encontrado con que hay mucho más de lo que pensábamos. Hay muchísima más investigación, muchísimos más tejidos… En el futuro se va a poder hacer de todo a través de estos procesos”.
La colección, que es unisex, contiene desde trajes de noche, chaquetas cortas, capas y gabardinas hasta riñoneras, gorras y pasamontañas, y está concebida en negro y azul exclusivamente, en alusión a las distintas tonalidades que tiene el mar según la profundidad. “Como se ve en los documentales de Cousteau”, menciona. Oliva traduce la herencia estética de Prada o Jil Sander en los primeros años del 2000 en la superposición de prendas y la mezcla de texturas.
La muestra es fruto de “la contraposición entre el pasado y el presente, el género fluido, lo que permanece entre dos mundos, la atemporalidad, la audacia, la recomposición de la modernidad...”, explican sus responsables.
El actual estado ambiental del planeta ha obligado a sentarse en una misma mesa a actores que hasta ahora andaban por separado: retailers, proveedores, sindicatos, ONGs y administraciones locales e internacionales. Introducir el concepto de
moda sostenible y ética en las pasarelas no resulta fácil, pues, pero merece la pena.
Alejandro Bernad -
@alejandrobernad
Fotografías:
Ana Otón y cortesía de MBFWMadrid
También te puede interesar