La ruta ineludible de las semanas de la moda tiene un punto de partida:
Nueva York. Si esto fuera una carrera contrarreloj, la meta sería
París y probablemente la tensión en aumento iría sincronizada a la carne en el asador que ponen los diseñadores, del
Manhattan más comercial a la Ciudad de la Luz en todos los sentidos. Aún así, dentro de la isla que hace horas cumplía su décimo aniversario desde aquel atentado que casi sepultó el precepto universal de la supremacía americana, hemos ido encontrando estos días pequeños remansos de paz creativa que nos ha parecido esencial destacar.
Band of Outsiders, el joven proyecto de
Scott Sternberg, nació a comienzos del 2004 en una de esas mareas en las que la industria comenzó a nutrirse de aires vintage renovados a varias escalas. Pero el antiguo representante de estrellas, que ahora se sumergía en el mundo de los tejidos, tenía claro que el concepto no era acercar el vintage a las masas, si lo contrario, es decir, "cualquier cosa que pueda permitirme sin tener que comprar kilómetros de tela" lo explicaba él. Así creo una línea de ropa masculina con costuras a mano que tras ser devorada por almacenes como
Barneys o
Jeffrey fue creciendo hasta hacer lo propio con las chicas, denominando esta línea
Boy. Hoy es la mujer la protagonista de
Band of Outsiders (la colección masculina fue presentada en el
Pitti Uomo de Florencia), y la diversidad de tendencias ha llevado a
Stenberg a un imaginario bicéfalo, compuesta de
Boy and Girl, dos colecciones en un mismo desfile, inspiradas, a la vez, en lo más rupestre y lo más moderno.
Era
Boy quien abría los primeros minutos de desfile inspirado en el hipnótico film "Picnic en Hanging Rock" de
Peter Weir. Looks campestres con el contrapunto estético de los sombreros
canotier conformaban un primer acto de cierto aire masculino, con algún ejemplo tan apetecible como el vestido camisero de largo rodillero y vuelo perfecto que abría el desfile.
El destelleo casi monocromático daba paso a
Girl, y por fin las flores inundaban un escenario industrial asustado por enredaderas. Estampados florales que dejaban ver una línea más
girly, acompañados y equilibrados por alguna chaqueta de plástico acolchada que fastidiaba el romance completo de la inspiración de Stenberg.
En definitiva, nos gusta
Band of Outsiders porque tiene buena letra en su avance, porque no se atropella a sí mismo ni a su raíz conceptual, pero en la estela comercial que deja la
Semana de la Moda de Nueva York ha conseguido aportarnos más (por el momento) que las viejas glorias acomodadas en el seguro (aunque hipotético) éxito.
Por
Mario Ximénez
SI TE HA GUSTADO EL DESFILE DE BAND OF OUTSIDERS, MIRA:
-MODA MASCULINA P/V 2012
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