Ciao, decía ayer la pasarela de Milán al tiempo que París recibía a los primeros diseñadores en su jornada inaugural de la Fashion Week. Este día de transición ha sido en general de poco nivel. En Milán, cerraban la pasarela Basharatyan V y un grupo de diseñadores jóvenes -que nos gustaría haber cubierto pero no hay imágenes disponibles- y en París, estrenaba la pasarela Veronique Branquinho.
En la capital de la moda italiana,
Basharatyan V presentó una colección tan femenina como ñoña. Mucha gasa, mucho raso con el contrapunto –nunca mejor dicho- de una versión moderna de punto. Reiterativa, esta es una colección que arriesga poco y en la que sólo destaca un esfuerzo por crear volúmenes con apliques de gasa, lo que nos ha recordado lejanamente a Giambattista Valli. La paleta, equilibrada y contenida, al principio, se centra en el color hueso, blanco, beige, y en una segunda parte, pasa a los azules. Esta colección es esencialmente femenina con pantalones de cintura alta, camisas y vestidos con mangas abullonadas, transparencias, vestidos largos delicados. Pero la reinterpretación continua de sus propuestas para la Primavera/ Verano 2013 cansa y no sorprende.
Billete directo a París
El dorado resplandeció al inaugurar esta edición de la semana de la moda en la ciudad de la luz. Ese fue el color elegido por
Veronique Branquinho para abrir su colección Primavera/Verano, una colección irregular basada en patrones demasiado manidos a excepción de unos volúmenes interesantes en las chaquetas y las magas de las camisas.
En la primera parte, rescata a la mujer grecolatina, evidente en los vestidos largos plisados así como en los apliques de algunos escotes. Después, indaga en siluetas de aire masculino, pantalones y faldas a la cadera, cortes rectos que esconden las curvas. El color es un recurso poco trabajado, salvo por el dorado de los primeros looks.
Se queda en tonos clásico como el beige, el negro, el blanco, el verde botella, y la nota discordante y muy bienvenida del azul petróleo y el mandarina. Una colección convencional que nos ha dejado insatisfechos.
A pesar de lo insípido de este día de transición, la Paris Fashion Week promete y mucho. En ella, se concentran los reyes (y el káiser) de la moda. Ocho días por delante que iremos relatando con puntualidad.
Por María Diaz del Río
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