Todos sabemos que no hay nada mejor que un reloj suizo para perder la noción del tiempo mirándolo y aún así llegar puntual durante años y años allá donde vayamos, pero, ¿te imaginas poder tener un reloj suizo y además una pieza de alta joyería? Chanel presenta un nuevo capítulo en su historia creativa de relojería con la colección "Mademoiselle Privé". Lejos de ornamentar cada centímetro de la esfera con brillos y recargar los relojes en exceso, han optado por trasladar la luz de las constelaciones y el aire asiático con sofisticados materiales y piedras preciosas entre las que destacan los diamantes y zafiros rosas. Uno de los relojes que más nos ha llamado la atención y que aúna a la perfección las dos características inspiradoras de la colección ha sido el que aparece en la foto anterior, con la Constelación del león esculpida en relieve dentro de una caja de oro blanco de 18 kilates y un engaste nieve de diamantes. ¿Qué más podemos decir? Sólo tic tac, tic tac... es la hora de Chanel. Texto: Paula Delgado  

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