Para hablar de la fragancia tenemos que remontarnos hasta 1947. Christian Dior creó en París su primer perfume, quizás para revivir mejor a las elegantes de la Belle Epoque o quizás para recordar a su madre, Madeleine, tan refinada e inspiradora... Lo que está claro es que nació una nueva elegancia olfativa llena de insolencia y de brillante juventud. Ahora la leyenda se reinventa conservando el alma de Dior, retratando a las jóvenes que nos cruzamos por las calles de París, que seducen sin querer, contemporáneas, exigentes, libres, con el mundo a sus pies.
Cuando decide crear su primera fragancia, Christian Dior da una orden: "Creadme un perfume que huela a amor". Ahora Natalie Portman, vestida de Raf Simons, es el rostro del amor; y así lo demuestra en el corte de Sofía Coppola, plagado de guiños a los grandes romances de la historia del cine y con la belleza de los besos de película.
Carmen de Reyna