Uno de los eventos VIP o súper VIP del año acaba de ocurrir. Y esta vez se ha unido como organizador un grande de la moda. Si decimos
Baile de la Rosa de Mónaco y decimos también
Karl Lagerfeld, estaremos ante uno de los eventos más exclusivos posibles que podamos imaginar. De la mano del diseñador, y por petición directa de la Princesa de Hannover, se hizo cargo de la decoración y organización del espectáculo más esperado.
Invitación diseñada por Karl Lagerfeld
Desde las invitaciones, el decorado y pasando por los trajes de las invitadas,
todo tenía el toque Chanel que se esperaba. Con dos ambientes bien diferenciados, Karl se imaginó para el
150 Aniversario de la Société des Bains de Mer, un comienzo tipo fiesta belle époque, en la que las pedrerías y bordados enamoraron, y un final más pop como broche de cierre divertido. La inspiración de Lagerfeld no tiene límites y en un evento como el que nos ocupa no podía decepcionar. Al igual que no podían hacerlo los invitados. Rita Ora, chica mala necesaria en todo evento, se encargó de amenizar la velada. Vestida para la ocasión de Lagerfeld se hizo con el público en una performance digna de videoclip.
Karl Lagerfeld y Rita Ora
Las mujeres de la familia real monegasca, clientas asiduas de la marca, no quisieron perder la ocasión de lucir modelazos de la maison francesa. Crepé negro, seda blanca y lentejuelas fueron los elegidos por
Carolina de Mónaco.
Carolina de Mónaco vestida de Chanel
Mientras que
Carlota Casiraghi se decantó por un vestido en organza, tul y plumas rosas de la colección de Alta Costura.
Carlota y Pierre Casiraghi
La modelo
Cara Delevigne fue otra de las invitadas que no quiso perder la oportunidad de demostrar que un Chanel sienta bien siempre, aunque no creemos que Cara tenga problema en verse espectacular con cualquier otra etiqueta. De largo y en organza gris, se encargó de presentar la tómbola del baile acompañada de los bailarines de la academia de la Princesa Grace.
Llamó la atención la perfecto que eligió la princesa Charlenne, mezclando elegancia y rebeldía a partes iguales, demostrando que ambos conceptos no tienen porqué estar reñidos. Un año más el evento VIP por excelencia no decepcionó, y sus asistentes quedaron embriagados del glamour y lujo que destila Mónaco. Lagerfeld como maestro de ceremonias nos gusta más que cuando decide hablar sobre tallas y bellezas al uso. Zapatero a tus zapatos, o mejor dicho Lagerfeld a tus trajes.
Klara Morales
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