Tiene nombre de aristócrata francesa y un aspecto que mezcla la fuerza masculina de Caroline de Maigret y la dulzura
naif de Jane Birkin en los 70. Ex novia de Jamie Hince -actual marido de Kate Moss y líder de The Kills-
Valentine Fillol-Cordier trabajó durante más de cinco años con el diseñador Charles Anastase y ahora colabora con Charlotte Olympia, Matthew Williamson o la diseñadora Isa Arfen. Pertenece a ese escaso grupo de elegidas a las que el maquillaje les estropea, ella está mucho mejor con la cara lavada y esa peca que la hace ser una de las mujeres más cool del planeta.
Además, se va de copas con Alexa Chung y Pixie Gedolf y tiene un perro de raza Lurcher, desaliñado pero dulce y encantador y cuyo nombre "Lur" significa ladrón en lenguaje gitano. Gigi, su hija, es su persona favorita y su Tumblr es un recopilatorio de las imágenes con más gusto que puedes encontrar en la red.
Valentine es lujo sencillo, elegancia discreta, burguesía postmoderna. La encarnación del estilo superlativo.
Valentine Fillol-Cordier por Edouard Plongeon
"Recuerdo que me gustaba jugar a disfrazarme y a simular que desfilaba sobre una pasarela. Solía reunirme con mi prima en casa de mi abuela y fantasear sobre esto", cuenta Valentine. La moda es su profesión y rompiendo el tópico de "mundo frívolo" asegura que la mayoría de sus amistades "se han forjado en el entorno de mi trabajo".
Tiene sólo 28 años, pero que no os engañe su edad. Lleva desde los catorce en la industria y esta, reconoce, ocupa un papel fundamental en su vida. Como modelo añora la inocencia, "las primeras sesiones de fotos, los momentos en los que conocí a grandes amigos...".
Espontánea, confiesa que es "demasiado vaga" para cuidarse y asegura que en lo que respecta a una rutina de belleza está pez. "A veces me da por una cosa, otras por otra. Depende de lo que me apetezca en ese momento. Pero cuidarme nunca ha estado entre mis prioridades".
¿Una pieza imprescindible esta temporada? "Cualquiera de los accesorios de Prada", consejo de erudita. Pero probablemente, obviando a su hija Gigi, París ocupa un lugar especial en su corazón. "Lo mejor es recorrer la ciudad y pasear (...) por todos los puentes que cruzan el Sena. Imprescindible un café en el Café Flore así como una visita al mercado de Port de Vanves para encontrar gangas fantásticas".
En cuanto a los proyectos venideros, prefiere no desvelar demasiado. "Ahora mismo sigo trabajando como consultora de moda". Pero esa polivalencia bien le serviría para cualquier cosa.
Valentine Fillol-Cordier tiene el discreto encanto de la burguesía.
Lee la entrevista a Valentine Fillol-Cordier completa en el número de abril de Vanidad, ya a la venta en kioscos y en
kioskoymas
Entrevista por
Vanessa Santos
Fotografía por
Edouard Plongeon
Resumen por
Alejandro Bernad Perié
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