Vista general de Kikekeller
Son muchos los que conocen Kikekeller por su animado ambiente nocturno: buena música y copas premium en un entorno diferente. No tiene el aspecto de un bar al uso; es como acudir a uno de esos modernos cócteles de presentación de una marca de diseño cada fin de semana.
Alguno de los muebles que puedes encontrar en Kikekeller
Y es que Kikekeller no sólo pone copas. Antes de eso, durante el día, diseña y vende muebles únicos. Kike y Celia son los Keller, y nos muestran peculiares diseños en su tienda-taller situada en la Corredera Baja de San Pablo 17 en Madrid. Una galería plagada de muebles de inspiración industrial donde mirar, tocar, sentarse e incluso brindar. Se hace complicado resistirse a comprar uno de estos objetos únicos.
Detalle de una de las mesas de Kikekeller. Los materiales se dejan al desnudo para poder sentir las texturas originales
Combinan hierro y madera para fabricar sillas, armarios o mesas de comedor. Respetan los materiales, dejando a la vista vetas, óxidos y soldaduras. Al tocarlos puedes sentir el frío del hierro y el calor de la madera, sin disfraces, en bruto. Utilizan pieles y alpacas en tonos neutros  y naturales para las partes acolchadas de butacas y sofás. Reciclan objetos como coladores, trozos de andamios e incluso piezas de un antiguo tío-vivo para convertirlos en divertidas lámparas o en confortables sofás.
Perchero de Kikekeller
Además de los muebles que exponen, hacen piezas a medida y adaptan sus diseños a las necesidades de tu casa. En mi primera visita me quedé prendada de una de sus mesas -patas de forja recuperadas y sobre de madera sin tratar-, perfecta para un comedor vintage o un despacho de estilo desenfadado. También dan la oportunidad a nuevos diseñadores de exhibir y poner a la venta sus prototipos.
Mesa de Kikekeller
Parte de la tienda
  Paredes blancas, instalaciones vistas, lámparas industriales, carpinterías de hierro y ventanas de madera decapada forman el escenario donde se mueven los protagonistas de Kikekeller: sus muebles. Elementos insólitos que, como ellos mismos nos cuentan, más que provocar, buscan sorprender. Por Inés García

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