Hablamos con Aluna Francis después de que tocaran en el Sónar y a pocos días de que saquen “Body Music”, su primer disco. Y damos fe de que su desarmante dulzura no es una pose encima del escenario: la lleva de serie.
Hicieron falta dos intentos para lograr entrevistarlos. La mañana de la segunda jornada del Sónar, pocas horas antes de que se subieran al escenario, hubo que cancelar el encuentro porque no querían fotos. El fotógrafo y el periodista se miraron entonces con sonrisa cómplice y una conclusión clara: Aluna se la había pegado la noche anterior en el festival barcelonés y no estaba muy presentable. Nada más lejos de la realidad. “La verdad es que no hemos ido a ver a otros grupos. No somos muy de festivales”, afirmaba con convicción esta estrella de nuevo cuño cuatro días después, cuando por fin se hizo la entrevista.
Cualquiera lo diría: Glastonbury, Reading, PITCH, Sónar…
Me refiero a que nunca habíamos ido antes a grandes festivales como público. No nos va mucho. George (Reid) fue a ver a Radiohead al Reading, y no le gustó nada la experiencia porque tocaban a las cinco de la tarde con un sol de justicia…
También habéis tocado bajo un sol de justicia en el Sónar. ¿Disfrutaron aun así?
Por supuesto. Posiblemente este ha sido nuestro mejor concierto en lo que va del año. Aluciné con que tanta gente se supiera muchas de nuestras canciones. Además, me encanta el Sónar, es un festival que atiende a otras artes como el vídeo o el cine, y esa inquietud cultural se respira en la atmósfera.
Decías que a George le gusta Radiohead. No tiene mucho que ver con vuestra música.
George ha remezclado a muchos artistas que hacen una música que tiene poco que ver con la nuestra. Yo he crecido escuchando los discos de mi madre, desde Marvin Gaye a Steve Wonder…
Eso pega más. Su música es indudablemente negra. ¿Por qué cree que se hace música de este estilo tan condenadamente buena en Reino Unido?
Es innegable una influencia de lo que se hace en Estados Unidos. Pero nosotros aportamos… No sé, un punto de ironía que lo hace menos solemne. Somos británicos, es inevitable. De todas formas, yo no diría que Reino Unido sea la cuna del hip hop o el r&b. Aquí lo que triunfa de verdad es el indie y la electrónica.
Os conocistéis por Internet…
George contactó con un amigo que tenía en otra banda. Nos hizo un par de remezclas muy buenas. El amigo estaba convencido de que George y yo teníamos que conocernos personalmente, de que podría salir algo bueno de ahí. Nos puso en contacto por Internet, y desde el principio empezamos a hacer música. Lo mejor es que no empezamos con ningún tipo de agenda, ni un plan previo ni expectativas concretas. Nos juntamos solo para divertirnos. Y mira hasta dónde hemos llegado.
No es lo mismo lanzar un par de EP s que componer un disco de 14 canciones. ¿Fue difícil la convivencia?
La verdad es que fuimos muy rápidos, incluso a nosotros nos sorprendió. Teníamos hechas las partes principales de todas las canciones en uno o dos días.
Cualquiera lo diría. El sonido está muy trabajado y las composiciones no parecen las de una banda primeriza.
George y yo tenemos experiencia previa en otras bandas, así que no somos unos recién llegados. Sí es verdad que los dos funcionamos realmente bien y tenemos una forma peculiar inspirarnos. En todo momento tenemos en la cabeza alguna idea para alguna canción. La inspiración nos llega de cualquier parte. Por ejemplo de un sonido muy cool que George ha creado, o de un beat que nos gusta, o en mi caso una melodía de piano o cuerda… Cada uno tiene un punto de partida, y el otro aporta melodías y letras para continuarlo y que llegue a ser algo parecido a una canción.
El sonido del disco es bastante sensual, “Body Music” parece un título muy adecuado…
Todas las canciones tiene un beat que te obliga a moverte, y viene de forma natural, casi sin que te des cuenta. Se veía en el estudio, durante la grabación los técnicos no paraban de moverse…
Ahora que los paradigmas están cambiando… ¿No cree que es una mala época para tener éxito? Ya no se venden discos...
No es nada en lo que haya pensado nunca. Si haces música, tienes que hacerlo porque es esencial para ti, consustancial a tu vida, pero no pensar en hacer dinero o ser superfamoso, porque si lo haces por eso, estadísticamente lo más probable es que acabes pobre. Los músicos no somos empresarios (ríe). Solo unos pocos afortunados logran enriquecerse con esto.
Además de tus canciones, tu forma de vestir te están granjeando miles de fans. ¿Es así también en tu día o solo en el escenario?
Me gusta mucho la ropa y le doy mucha importancia. Creo que es una manera de expresión como cualquier otra, y un escenario es el lugar perfecto para expresarse. Pero normalmente no voy llamativa. No me gusta nada que me reconozcan cuando voy al supermercado, porque allí no estoy en mi rol de artista. Tengo una indumentaria para cada momento. Como todos, supongo.
Su primer álbum “Body Music” está en la calle desde el 29 de junio.
Luis Meyer