Mientras la mayoría empieza a incorporar el grunge a sus armarios, unos pocos resabidos aparcan a Cobain en el aparador para sacar a relucir sus prendas más chabacanas, siendo aquí el adjetivo "chabacana" algo cool en lugar de una desacreditación. Ratchet -así es como se rebautiza en inglés ese recién citado concepto de "burdo"- es, en materia de moda presente, lo que Meryl Streep al cine: toda una garantía. Para quienes estéis pez en este asunto, el  ratchet se precisa como un modo de vestir que, rescatado de un tardío hip-hop natural de Louisiana, cada vez gana más adeptas en la industria pop internacional. Vamos por partes.
Kesha en el vídeo de su tema "Cool Kids"
Teóricamente la palabra ratchet se asocia a quien es "sucio, desagradable o propio de un gueto", o así es como el rapero Lil Boosie quiso popularizar tal término en un no tan lejano año 2006. Lo que de primeras empezó siendo una corriente de baile, algo así como una expresión corporal "irracional" y/o "fuera de control", ha ido degenerando poco a poco y canción a canción hasta llegar a la aclamada tesitura actual. En moda todo está inventado; es decir, poco o nada hay de nuevo pero mucho de reciclado, y la estética ratchet se ha extendido hasta la escena pop: Rihanna, Iggy Azalea, Brooke Candy o Miley Cyrus son sólo algunas de sus embajadoras. Sus máximas: bling-bling, excesos, mucho oro y provocación. ¿Menos es más? En absoluto. Ratchet es la equación perfecta entre el hip-hop, el raver noventero y las strippers.
Rihanna en "Pour It Up"
Mel Ottenberg, Simone HaroucheLisa Katnic, estilistas de Rihanna y Cyrus, han sido en un 90% los encargados de que esta imagen se afiance no sólo entre minorías. Katnic, quién además firma el provocativo vestuario del vídeo musical de "Blurred Lines", lidera el ranking de extravagancia y su cuenta de Instagram no es más que una muestra de ello. A pesar de que consideró en una reciente entrevista que eso de ratchet "no es más que una palabra de moda", los hechos apuntan que lo que antes era considerado como vulgar, hoy automáticamente eleva a quien hace uso de esta imagen a la categoría de estrella it. "Creo que stoner va a ser la nueva imagen", avisó a un medio estadounidense citando collares de cáñamo, pantalones caídos y rastas como futuros protagonistas de videoclips. ¿Nuevo? No, pero con buena acogida por los melómanos.
Emily Ratajkowski en el vídeo de Thicke
Algo lejos quedan los pantalones de campana de Britney Spears o las hombreras de Michael Jackson. Sea como fuere, en moda todo es efímero y nos guste o no, esta estética está en alza, pero sin agobios. Ciertas tendencias sólo han de ser adoptadas por quienes de verdad pueden: esos que, a veces, son más personajes que personas. Mientras, quienes disfrutamos de música y moda a partes iguales, optamos por el no poner etiquetas y aceptar lo que la cultura pop nos traiga. Siempre y cuando se quede dentro de los videoclips, claro.

 

Alejandro Bernad Perié

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