Ya es tradición. Cada 1 de enero, toda la familia se reúne frente a la televisión -da igual la resaca- para ver el
Concierto de Año Nuevo que ofrece la
Filarmónica de Viena, dirigido esta vez por el carismático
Daniel Barenboim. Pero la gran sorpresa ha sido para nosotros el vestuario de los bailarines vieneses, firmado por
Vivienne Westwood.
El Stadtpalais Liechtenstein fue el escenario perfecto para que el
Ballet Estatal de Viena luciese las creaciones de la diseñadora británica bailando al ritmo de
Joseph Lanner y
Leo Délibes. La reina de la estética punk ha resaltado esta vez su faceta más romántica, confeccionando piezas nuevas y reeditando algunos de sus diseños, como el impresionante vestido Moon de su línea "Gold Label", que presentó en la última París Fashion Week, y que esta vez ha adaptado para la bailarina
Kathrin Menzinger. A esos vestidos en tonos pastel y tejidos vaporosos, de corte más clásico, se unen las prendas de colorido estampado tartán de los bailarines de polca. Sin duda, esta atrevida propuesta funcionó a la perfección y estuvo a la altura del acontecimiento.
Bailarines del Ballet Estatal de Viena vestidos por Vivienne Westwood
Westwood recoge así el testigo de
Valentino, el otro gran diseñador que en 2010 vistió al ballet vienés. Pero no es la primera incursión de la creadora en el mundo de la danza. Ya la primavera pasada colaboró en el vestuario del
English National Ballet, que dirige la española Tamara Rojo.
Ana G. Ramos
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