Inquietante, realista, perturbadora, adictiva, oscura, impecable, sugerente, extraña, llena del
carisma de las series de culto… Lo que han hecho Nic Pizzolatto (creador) y Cary Fukunaga (director) con la primera temporada
"True detective" (HBO allí, Canal + aquí) tiene todas las papeletas para convertirse en historia de la televisión. Un mérito que ya conocen de sobra en la HBO (gracias a "The wire", "Los Soprano" o "Juego de Tronos", por citar algunos ejemplos) y que, más allá de su
perfección técnica y su
excelente reparto, se asienta en tres pilares: la narración, el ambiente y Matthew McConaughey.
La narración. Mezclando hábilmente el género policiaco y el drama, "True detective" nos cuenta la caza durante 17 años de un raro asesino en serie por parte de Martin Hart (Woody Harrelson) y Rustin "Rust" Cohle (Matthew McConaughey) dos detectives del Departamento de Policía de Louisiana, al mismo tiempo que nos adentra en las miserias personales de ambos investigadores, convirtiendo así la serie en un lento y tenso viaje hacia
el lado oscuro del ser humano. Para ello, la narración combina el pasado y el presente gracias a que son los propios detectives los que, en sendas entrevistas, recuerdan (cada uno a su peculiar estilo) el caso investigado. Una original estructura que explota magistralmente los
flashbacks, el
“tempo narrativo” y las
elipsis argumentales para poner en la estratosfera el interés del espectador no sólo por resolver el misterio detrás de los asesinatos sino también por completar el dramático “puzzle biográfico” de los dos protagonistas, cuyas vidas personales no tenemos claro si están en caída libre o han terminado de caer… Porque lo cierto es que, más allá del asunto detectivesco, "True detective" es una serie que nos dice que la inocencia es una leyenda urbana, que vivimos en un mundo roto, que hace tiempo que perdimos el tren a ninguna parte, que hay más verdad en el lado de la locura que en el de la esperanza, que el alma está en la sección de objetos perdidos, que el infierno cabe en un silencio, que no hay luz sin oscuridad y que, para creer, hay que temer y para temer, hay que haber sufrido.
El ambiente. "True detective" está ubicada en ese sur profundo, primario y decadente de los EEUU en el que Dios y el Diablo juegan al escondite y donde el fango y la herrumbre no son algo sólo material. Una atmósfera mostrada conun
magnetismo enfermizo, propio de maestros como David Lynch y David Fincher.
Matthew McConaughey. Magistral encarnando al taciturno, brillante y nihilista detective “Rust” Cohle, un hombre definido por un profundo infierno interior que sólo atisbamos superficialmente y que se convierte, gracias a la
impresionante interpretación del actor, en quizás el mayor punto de interés de la serie, al ser un personaje con una capacidad de atracción tan oscura e irresistible como la de un agujero negro.
Así que, para terminar y llegados a este punto, tú decides: ver "True detective" o que te la cuenten. ¿Qué vas a elegir?
Javier Crespo Cullell
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