Si quieres saber por qué una serie con personajes sacados de la literatura del siglo XIX va a funcionar en la televisión del siglo XXI, sigue leyendo. "Penny Dreadful" ya está al aire. Inquietar, al igual que entretener, es un arte. Y como tal requiere no sólo ingenio sino también habilidad y experiencia. Penny dreadful va sobrada de esas tres cosas. Quizás ello se deba a estar producida por Sam Mendes, uno de los cineastas más interesantes y brillantes de nuestro tiempo, o a estar escrita por John Logan, un prestigioso experto en el arte de contar historias a través del cine, o a estar dirigida (sus dos primeros episodios) por uno de los directores más prometedores que tenemos en España: Juan Antonio Bayona. Sea por la razón que sea, Penny dreadful es un producto técnicamente impecable. Lo cierto es que la nueva serie de Showtime (Homeland, Ray Donovan, Masters of sex…) no sólo va sobrada de creatividad y calidad técnica: también va sobrada de monstruos o, mejor dicho, de famosos personajes extraídos de grandes clásicos de la literatura de terror del XIX como Drácula, Frankenstein o El retrato de Dorian Gray. Auténticos iconos culturales que Penny Dreadful presenta al espectador deuna manerabastante original, eficaz y “realista” como protagonistas de un thriller de misterio con concesiones al gore y a lo sobrenatural que encuentra su marco perfecto en el mismo Londres victoriano en el que la niebla, el espiritismo, la egiptología y los crímenes de Jack el Destripador crearon un ambiente apto para creer en lo imposible. Si a todo lo anterior se le une un reparto (Josh Hartnett, Eva Green, Timothy Dalton…) que encarna con suficiente solvencia y credibilidad unos personajes no muy ricos en matices pero sí muy bien definidos, ya tenemos todos los ingredientes necesarios para enganchar a una audiencia que quizás no reviente audímetros pero que seguramente hará de Penny Dreadful uno de los estrenos televisivos más sólidos de 2014. Porque enganchar, engancha, en buena parte por ese espíritu de folletín al que alude del título de la serie y que hace de cada episodio un buen ejemplo de la importancia de la gestión del “tempo” y el suspense a la hora de contar (bien) cualquier tipo de historia. [youtube width="600" height="344"]https://www.youtube.com/watch?v=YFXHfEqMcis[/youtube] Visto todo en perspectiva, se podría concluir que esta inquietante ficción tiene el regusto elegante e inteligente de los relatos de misterio y terror más clásicos pero una identidad visual y un pulso narrativo propios del siglo XXI. Un eclecticismo extraño pero muy eficaz que ayuda a que todo en Penny Dreadful sea convincente y muy coherente con su principal pretensión: entretener al espectador con un refrescante gin-tonic de personajes y tramas que bordean el mundo de las pesadillas. Porque la verdad es que, sin ser una serie llamada a hacer historia, Penny Dreadful tiene todo lo necesario para que ver sus ocho capítulos suponga un plan de miedo para cualquier amante de las series, de la literatura o del terror. Javier Crespo Cullell  

También te puede interesar