Llevar un
laurel de Fred Perry bordado en el pecho es uno de los mayores orgullos que alguien puede ostentar. Además de ser el símbolo de una marca histórica, el laurel de
Fred Perry implica algo importantísimo: pertenencia de grupo, compartir ideas, alcanzar una fraternidad a través de algo estético que se reconoce con sólo mirarse a los ojos y al pecho; y, sobre todo, una vinculación trascendental con la música. Fred Perry es calle, son amigos, conciertos y vinilos. Son prendas atemporales, que dan seguridad y ganas de coleccionar y atesorar. Y más, cuando Fred Perry lanza sus colecciones especiales. Del mismo modo que Damon Albarn y Paul Weller diseñaron prendas increíbles, ahora lo hace
Amy Winehouse. Amy ha diseñado 17 piezas, entre prendas y accesorios. Combina elementos icónicos de la marca -el polo M12, la Harrington, los vestidos de punto- con su híper reconocible gusto cincuentero: cuadros vichy, faldas de tubo, cuellos desafiantes, subidos cortando el viento, y pantalones capri. Los colores: negro y rosa, más todos los de los tatuajes que llenan el cuerpo. Pecas, derroche de eyeliner negro, labios color náca y melena negra con una flor en el pelo.
Rock n" roll.
La colección de Amy está disponible exclusivamente online en www.fredperry.com y en la tienda de Fred Perry en Spitalfields, Londres. Amy ha sido fotografiada por el cantante y fotógrafo Bryan Adams vistiendo su propia colección para Fred Perry.
Por Marta Hurtado de Mendoza
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