Las claves son:
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Apostar por patrones sencillos, de líneas puras y tendentes al oversize.
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Olvidarte de los estampados y centrarte en colores básicos como el blanco, el negro, el gris o el camel.
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Elegir tejidos que abriguen sin renunciar al estilo, como la lana o el cashmere.
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Cuidar los detalles. El hecho de que apuestes por la sencillez del normcore no significa que tu abrigo deba ser aburrido. Unas solapas grandes, un cinturón para definir la silueta o unos bolsillos oversize pueden marcar la diferencia.
¿Quieres ejemplos? Toma nota.
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Por Arancha Gamo