Piensa en estas tres claves: comodidad, confianza y sensualidad. Si consigues conjugarlas en su justa medida, el look ganador se hará realidad como por arte de magia. Apostar por un vestido es, probablemente, la solución más eficaz, y la más fácil también; sólo necesitas que contenga ciertos elementos que potencien tu figura.
Un toque de encaje, un escote que defina bien tu silueta, un corte ceñido en su justa medida o un color que ilumine tu rostro hasta hacerlo brillar, son algunos de los trucos que debes tener en cuenta a la hora de buscar el vestido perfecto. No temas. No es tan difícil y los resultados son, como menos, exitosos. Un vestido es capaz de conjurar dulzura, lujuria, clase, estilo... todo envuelto en una sola pieza de tu guardarropa.
Y si no lo encuentras, también puedes dejarte guiar por nuestras sugerencias.
Arancha Gamo