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Baby doll siguen pisando fuerte. Estos de largo minifaldero y sus encantadores cuellos bebé favorecen mucho, son femeninos y coquetos, y además aportan un toque dulce y retro a nuestro estilismo. Aparecieron en los años 60 con la llegada de la minifalda, a imagen y semejanza de los diseños que lucían las muñecas de la época. En ese momento revolucionaron el mundo de la moda, con Audrey Hepburn o Twiggy como sus principales defensoras, y desde entonces no han dejado de reinventarse para instalarse en las tendencias de esta temporada.
Desde las marcas más elegantes hasta las más urbanas, todas han optado por incluir entre sus diseños estos "vestidos de muñeca’’, en la órbita del estilo Lolita que tanto hemos visto en los últimos años. Sin embargo hoy se produce un giro de estilo que aparca momentáneamente el lado más naïve de este básico, en favor de una sensualidad más rotunda.
Pero sin duda, lo mejor de este tipo de vestidos es que tienen un doble efecto: por un lado aportan volumen a las más delgadas y por otro, estilizan las zonas más conflictivas del cuerpo femenino, como el abdomen y las caderas. Esta primavera-verano no te quedes sin tu vestido Babydoll.
Ángeles López
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