¿Quién no ha querido ser alguna vez como la piedra angular de Sexo en Nueva York? ¿Quién no ha deseado vivir en el loft de nuestra escritora más irreverente? ¿Quién no ha soñado con un Mr Big?

Todas estas preguntas tienen una respuesta simple: Amamos a Carrie Bradshaw, el alter ego de Sarah Jessica Parker, y nos corroe la envidia.

Faldas de tul estilo bailarina, combinadas con cazadoras de cuero o camisetas deportivas, configuraban el incomparable estilo de Carrie, que elevaba la esencia neoyorkina a su máximo exponente.

Cuando comencé a ver la serie, todo me sedujo. Temporada tras temporada, Carrie, nos enseñó a ser unos fashion victims, a creer que un zapato es el santo grial de la moda y a no conformarnos con el primer hombre que pasase, en definitiva, nos enseñó a creer en el amor platónico.

Cada vez que nuestra columnista cogía su Mac y se ponía a despellejar cada hombre que pasaba por ese magnífico apartamento situado en el West Village neoyorquino, nos imaginábamos siendo ella actuando así con nuestros amantes. Y eso si que nos gusta, sobre todo si te pagan por ello.

La sensualidad sin tapujos de aquel "vestido desnudo" y esa melena leonina con los rizos más envidiados de la televisión, se convirtieron en sus señas de identidad

Beber un Cosmopolitan con tus tres amigas en los lugares más in de la capital, el vestidor que le regala Mr. Big, que un chulapo Ruso te lleve a París y te trate como una reina, tener más zapatos que Imelda Marcos y ser la soltera con más vida sexual de New York… Por todo eso y mucho más, es nuestro referente a seguir. Creo que podría llevarme muy bien con ella.

Seguro que deseabas con todas tus fuerzas tener el armario de Carrie, y sus pares de Manolos, y sus bolsos...

¿Será tan carismático su nuevo personaje en la serie "Divorce" que ya prepara HBO?

Pablo Aragón @aragon_pablo

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