En tu incansable búsqueda del uniforme de verano perfecto, te hace falta una prenda que sirva tanto para el día como para la noche -por si no tienes tiempo para pasar por casa a cambiarte y surge algún plan imposible de rechazar-, que sea cómoda pero elegante -con la que puedas pasar horas y horas sentada en la oficina y también funcione si tienes una reunión- y, sobre todo, que te permita combatir el calor. ¿Existe? Desde luego. Se llama
maxifalda y cumple con todos estos requisitos.
A la hora de combinarlas, la decisión es tuya. Puedes elegir el lado más bohemio de esta prenda, potenciándolo con un bolso de flecos,
unas espadriles o un top con un punto
hippie. En el otro lado está su versión
luxury, infalible si añades tacones y una camisa blanca o negra -dobla las mangas y añade un brazalete metálico para que el resultado sea aún mejor-, o la opción favorita de las neoyorkinas: combinarla con
sneakers y una camiseta básica de algodón blanca -ya te explicamos
cómo sacarle el máximo partido a este básico-.
¿Te apuntas? Aquí tienes unas cuantas ideas, desde el tul al punto y desde los tonos más dulces a los estampados más rompedores.
Con tres capas de tul y cintura bordada, de
Valentino.
Chloé apuesta por el color azul, en georgette de seda y encaje.
En punto mezclado con seda, esta maxifalda de
Missoni ilumina cualquier look.
En color frambuesa y perfecta para lucir de noche, de
Needle & Thread.
Un punto étnico con esta creación de
Etro, inspirada en las tribus navajas.
De encaje, algodón y seda, en un inmaculado color blanco, de
SEA.
Fendi se decanta por darle un giro a la clásica falda tableada, en esta creación en organza de seda.
Con estampado a rayas, siguiendo la tradición de los telares griegos, de
Zeus+Dione.
Semitransparente, de
Isabel Marant.
Gráfica, en blanco y negro, de
Mason by Michelle Mason.
Arancha Gamo
@arancha_gm
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