A más de uno le parecerá imposible creer que
Mary Kate y Ashley Olsen, estén al borde de la treintena, pero así es -el próximo año los cumplirán-, y es que hemos sido muchos los que hemos crecido casi a la par que las ellas.
Las conocimos en la serie
Padres Forzosos, a la que se incorporaron antes de cumplir su primer año, y gracias a la que se convirtieron en todo un fenómeno de los que solo se dan en Estados Unidos. Alrededor de su imagen se lanzaron todo tipo de productos imaginables; desde sus clásicas películas en video, hasta muebles, discos o muñecas...
Lo más sorprendente de su historia, es que lo que podría haberse convertido en un caso más de explotación infantil, dio lugar a que, gracias a figurar como
productoras y directoras de la empresa encargada de comercializar su imagen, aún antes de los dieciocho años comenzasen a aparecer en las listas de jóvenes más poderosas de la industria, algo que no ha dejado de repetirse desde entonces, pese a lo mucho que han cambiado sus circunstancias.
Tras alejarse por completo del cine y los productos masivos, se centraron en
la moda -su verdadera vocación - con la firma
The Row. Y gracias a ella se han ganado un lugar destacado en el panorama del diseño americano. La clave de su éxito: su fuerte visión, tanto comercial como creativa.
Repasando su biografía, nos centramos en las claves de su estilo personal...
Maxi largos
Si hay algo que las identifica desde su inicios, es el gusto por las prendas de vestir largas, más de una vez han reconocido que les da igual saber que no es lo que más les favorece a priori, por su pequeña estatura, pero que es con lo que se sienten cómodas, y debe ser cierto porque no abundan imágenes de Mary Kate, y especialmente de Ashley, con faldas o vestidos cortos. En alguna ocasión han reconocido que parte de su interés por la moda surgió cuando de niñas, por ser más bajitas que la mayoría tenían que hacerles la ropa a medida, o vestir la ropa de sus diseñadores favoritos más larga de lo que originalmente era.
Tú girly, yo sporty
Adaptando un punto de vista algo rancio pero de simple digestión para el público al que se dirigían sus productos, alguien debió tener la idea de dotar a cada una de ellas de con una personalidad que permitiese a la gente diferenciarlas fácilmente a primera vista: Ashley era la más “femenina”, casi siempre vestida de rosa y aficionada al baile; Mary Kate, en cambio, era la deportista, su color era el azul, y su prenda los pantalones. Esta representación de estereotipos no duró demasiado y no tardaron en intercambiar gustos, ropa y tipos de papeles en el cine, pero estuvo presente en muchas de sus películas, y en gran parte de las sesiones de fotos que realizaron durante aquella época.
Denim forever
Es innegable que la mayoría de los looks en denim que vemos actualmente, desde el clásico peto (u
overall), a los shorts o los vaqueros de cintura alta, se inspiran en los ochenta y noventa, muchos de ellos calcados de los que lucieron las gemelas Olsen en su infancia. Y es que ésta debió ser una de sus prendas favoritas. Algo que no ha cambiado a día de hoy, aunque ellas se resistan (es comprensible) a inspirarse en sí mismas, y opten por modelos mucho más neutros, rectos o acampanados, pero ajenos a la tendencia vintage.
Accesorios
¿Qué sería del estilo de Mary Kate y Ashley sin los accesorios? Sus inseparables gafas de sol, en todos los modelos y formatos posibles, eso sí, de cristal siempre oscuro, los sombreros y las diademas, o los bolsos, del mítico Motorcycle de Balenciaga a los acolchados de Chanel, y finalmente —como no podía ser de otra manera—, sus propios bolsos bajo el sello The Row: de gran o pequeño formato y precios prohibitivos que ellas, siguiendo la tradición, llevan hasta para bajar a comprar tabaco.
Paula Robles
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