Fue un imprescindible durante tu infancia, siguió acompañándote en tu adolescencia, aunque aplicado a tops con bastante menos tela, y ahora se ha convertido en ese tejido perfecto para transformar un look de playa en uno apto para cualquier cita sin pasar por casa. Este compañero omnipresente es el
crochet. Una técnica para tejer con sabor tradicional, capaz de adaptarse a todas las épocas, mutando en las prendas más sexys que puedas imaginar, o llenando de dulzura los vestidos más
naif.
En tonos
candy, en los clásicos blanco y negro o con tonos más atrevidos e incluso estampados geométricos, el crochet vuelve a declararse el dueño del verano. Y razones no le faltan:
Infalible: Un top blanco que le dé un toque de Lolita a tus looks, como este de
Miu Miu.
Perfecto para pasear a la orilla del mar, en un suave azul celeste, así es este mono
short de
Miguelina.
Roberto Cavalli se decanta por un maxivestido cien por cien veraniego con diferentes dibujos de crochet, que fomentan la sensualidad de esta creación.
Emilio Pucci imagina el compañero ideal para esas noches en las que la brisa del mar es más potente de lo esperado.
Si tu debilidad son los monos con un punto setentero, te fascinará este de
M Missoni que incorpora hilos plateados.
Un sencillo top a base de motivos florales, como el que ha
ideado Joseph es un esencial de verano.
Una falda midi blanca tampoco puede faltar en tu armario para las jornadas estivales. Y si combina diferentes dibujos, como esta de
See by Chloé, todavía mejor.
Es difícil resistirse a este minivestido negro de
Isabel Marant Étoile y a la delicadeza con que está tejido.
MICHAEL Michael Kors da en la clave con este versátil top, una de esas prendas que funciona con prácticamente todo lo que ya tienes en tu guardarropa.
El encanto de un vestido blanco, especialmente cuando tu piel está bronceada, es indiscutible. Nos quedamos con este de
Alice + Olivia.
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