Elie Saab ha vuelto a desplegar su magia, ésa que tan bien le funciona a la hora de convertirse en el rey absoluto de la alfombra roja. En su nueva propuesta de alta costura, la inspiración ha llegado desde Bizancio, con su exceso y su eterna devoción por el dorado. Es precisamente el homenaje al oro que adornaba capillas y mosaicos en la corte de la Emperatriz Teodora de Bizancio, lo que ha servido como hilo conductor para cohesionar todos los diseños de la colección. Sin embargo tonos como un precioso rosa iridiscente, un profundo verde bosque o un dulce azul cielo han aportado dinamismo a la propuesta, que se mantiene fiel a las claves habituales del diseñador.  

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