Jesse Kamm, o de cómo triunfar en la moda pasando del mainstream

Tendencias, viralidad y fama efímera. Los tres conceptos que gobiernan con puño de hierro la industria de la moda actual no podrían importarle menos a Jesse Kamm. A esta diseñadora afincada en Los Ángeles -que fundó su marca en 2005- le sobran las modelos hiperfamosas, los desfiles y las alfombras rojas. En una época en la que los directores creativos de las grandes firmas se ven obligados a lanzar cuatro colecciones al año -y ven su talento exprimido hasta el límite- y las prendas son, cada vez más, un mero objeto de usar y tirar, resulta llamativo que Kamm trabaje nueve meses en cada colección. ¿Los tres restantes? Son innegociables y sagrados: los dedica en exclusiva a su familia. Lejos de saturar el mercado con cientos de prendas que pasarán de moda en unos meses, Kamm se erige en firme defensora del slow fashion. Asegura que sus diseños están pensados para durar toda la vida: "Estoy interesada en hacer ropa para mujeres fuertes. Las siluetas son minimal, limpias y favorecedoras, construídas para perdurar hasta que seas vieja, canosa y, todavía, muy chic". Toda una filosofía hacia el diseño que se encuentra en las antípodas del mercado actual. De hecho, toda su manera de entender el mundo lo hace; según afirmaba esta misma semana en declaraciones al New York Times, para Jesse hay otra manera de vivir, más lenta y con mucho menos estrés, y está firmemente convencida de que su misión en la vida es recordárselo a los demás.

 

"Haz lo que amas y hazlo bien", afirma en su página web, donde podemos encontrar sus colecciones reflejadas en unos lookbooks protagonizados por mujeres relajadas, sin poses artificiales, y entregadas a ese modo de vida tan particular -que cada vez más y más personas parecen necesitar-. Si tuviéramos que elegir su prenda estrella, ésta sería sin duda su pantalón de estilo marinero, con cintura alta y pernera ancha, que cae libremente sin ceñirse al cuerpo. Un best-seller que lleva haciendo diez años y que aún así, continúa agotándose. Junto a él, vestidos de líneas sencillas, abrigos de impecable corte y camisas con un giro masculino, configuran un armario de básicos con los que podrías vestirte en cualquier ocasión. A pesar de veranear en una remota isla de Panamá, donde desconecta junto a su marido y su hijo en una cabaña de madera diseñada por ellos mismos, Jesse no ha escapado al buen ojo de los insiders. En cuanto comenzó a diseñar, basándose en patrones de prendas vintage -y reciclando telas para ofrecer una moda sostenible- Collette París se fijó en ella, y pronto llegaron las estilistas de las revistas de moda más prestigiosas del mundo. Sin embargo, este éxito inicial no cambió ni un ápice las clarísimas ideas de Jesse. Sabía que no deseaba campañas de publicidad millonarias, ni desfiles plagados de famosas en primera fila robando protagonismo a sus colecciones. Ella sigue su ritmo, y hasta ahora parece haberle salido muy bien. Su firma cumple 10 años y estresarse no entra en sus planes. Una buena lección. Arancha Gamo @arancha_gm