Si te decimos que existe una técnica basada en el uso de agujas para devolver un aspecto más juvenil al rostro probablemente lo primero que venga a tu mente sea bótox o ácido hialurónico. Aunque ambos sean compuestos de gran eficacia, en esta ocasión no hablamos de infiltraciones, sino de otro tipo de agujas, en este caso dedicadas a la acupuntura facial.
Sabemos que no estamos descubriendo la pólvora, invento también chino por otra parte, pero sí apreciamos un resurgimiento de este milenario protocolo en el mundo de la belleza. Como parte de la metodología de la medicina tradicional del gigante asiático había llegado a Occidente hace años como terapia alternativa para calmar diferentes dolencias, pero ¿Usarla con fines cosméticos? Eso ya es más novedoso.
Avalada por los aparentemente atemporales rostros de celebridades como Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow o Jennifer Aniston, los efectos de la acupuntura facial se revelan de manera más sutil que otros procedimientos más invasivos. Precisamente esto ha atraído a múltiples usuarios en los últimos años, lo que ha favorecido su crecimiento exponencial. La luminosidad y suavidad conseguidas tras la acumulación de sesiones (se recomiendan un mínimo de tres) sin necesidad de pasar por el trance que para muchos es infiltrarse rellenos sin duda ha tenido que ver en el fenómeno.
El imparable éxito de estilos de vida más cercanos a la naturaleza, con una alimentación cuidada y libre de procesados, práctica de deportes que combinan salud de cuerpo y mente y hábitos saludables 360º, suele estar en sintonía con estas técnicas fuera de la medicina occidental. Soluciones idóneas para aquellos que buscan no renunciar a la estética, pero tampoco a su modo de vida, y aquí la acupuntura cosmética da respuesta al dilema de manera perfecta.
Expertos acupunturistas de todo el mundo, de John Tsagaris a Sandra Lanshin Chiu, afirman que tras el tratamiento se suavizan las arrugas y líneas de expresión, la coloración y textura de la piel mejora y, por último, los tejidos que cuelgan consiguen una nueva proyección. Una sesión suele durar entre 45 minutos y una hora y durante la misma se aplican finas agujas sobre el rostro. A pesar de su finalidad cosmética, el profesional necesita trabajar también con otros puntos adicionales situados en el resto del cuerpo para conseguir equilibrar y relajar el organismo, resultando en una auténtica sinergia. Por ejemplo, trabajar los centros situados en pies y manos ayuda a calmar el sistema nervioso y limpiar de toxinas el cuerpo, lo que beneficia el resultado final.
La técnica ha demostrado ser lo suficientemente versátil como para conseguir un efecto holístico en multitud de problemas, desde migrañas a estrés, pasando por falta de luminosidad. La localización de los puntos a tratar depende de los beneficios que requiera activar el paciente. En cualquier caso, mediante estos “microtraumas” o “traumas positivos” que realizan las agujas en la piel se activa el modo reparación por parte del organismo, que los detecta como “agresiones”. El principio es el mismo en el que se basa el microneedling, aunque en menor intensidad, al ser un número más pequeño la cantidad de agujas empleadas. Trabajando con ellas se estimulan los meridianos de energía y la producción de colágeno, se mejora el riego sanguíneo y la renovación celular, así como la actividad del sistema linfático y circulatorio.
Si aún conservas algún reparo, la aparición de heridas es inusual, siendo el inconveniente más común abandonar la consulta con una sensación de desorientación, que por otra parte resulta completamente normal teniendo en cuenta la estimulación energética resultante. En definitiva, con la acupuntura cosmética no se trata de eliminar totalmente los signos del envejecimiento, pero si de preparar la piel a finales de los 20 y principios de los 30 para que vaya recibiendo los efectos naturales del mismo de la mejor manera. No hay que luchar contra un proceso que es inevitable, pero si encararlo de una forma menos abrupta, conectando con un estado positivo de salud en mente, cuerpo y espíritu. Y lo mejor es que permite ser adaptada a las necesidades de cada paciente, configurando un tratamiento totalmente personalizado en función de las circunstancias individuales.
Berta Almagro - @bertalmagro