BOONSERM PREMTHADA. Redescubrir el ser humano

Tras anunciar que, por segunda vez, este mes de mayo vuelve a representar a su país en la Bienal de Arquitectura de Venecia, Boonserm Premthada se convierte en el protagonista de la sección dedicada a lo mejor del diseño de nuestro recién estrenado número impreso:

En un mundo hiperacelerado, historias como las Boonserm Premthada son un soplo de aire fresco que transmiten un mensaje alentador para aquellos con los nervios a flor de piel porque, a cierta edad, no han conseguido lo que querían.

Hijo de una familia humilde y criado en barrios marginales en Tailandia, este arquitecto reconocido no erigió su primer edificio hasta los cuarenta y cinco años. Poco a poco y ladrillo a ladrillo, Boonserm Premthada ha construido un camino que lo ha llevado a la cima más alta de la arquitectura. Y no porque se dedique a las casas de lujo ni al retail de grandes marcas, sino porque su trabajo se centra en mejorar las comunidades donde construye, buscando la coexistencia entre especies y atmósferas, y teniendo en cuenta los cinco sentidos más allá de la vista. Tener una deficiencia auditiva ha ayudado en esto, pues lo que podría parecer un handicap para muchos, al arquitecto tailandés le ha servido para crear experiencias holísticas de las que es difícil salir.

Desde Vanidad aprovechamos para charlar con él sobre la arquitectura como herramienta de mejora, elefantes, «The White Lotus» y guiarse por el sentido común.

Retrato de Boonserm Premthada
Retrato de Boonserm Premthada

Boonserm Premthada: «Nuestros sentidos son nuestros mayores dones. Son innatos, gratuitos y no requieren inversión»

Hola, Sr. Premthada, un placer hablar contigo. Para entender un poco más sobre tu interés en la arquitectura, ¿cuáles son algunos de tus recuerdos más tempranos relacionados con un edificio específico?

Hola, Arnau, es un honor hablar contigo también. Mi interés por la arquitectura se desarrolló gradualmente. Fue casi subconsciente. Crecí en un barrio marginal. No tenía dinero para comprar juguetes, así que dibujaba los que deseaba tener con lápices y periódicos que la gente tiraba, utilizando mi imaginación como mi campo de juego. Esta fue mi primera lección de «imaginación y creatividad». Esos periódicos también me enseñaron a «leer» y «observar».

Más adelante, debido a las limitaciones financieras y las pocas opciones para personas con antecedentes como los míos, asistí a una escuela técnica para convertirme en albañil, que fue el único camino que me permitió trabajar mientras estudiaba. Ese fue el comienzo de mi carrera arquitectónica. Mi primer edificio llegó cuando tenía casi cuarenta y cinco años.

«Artisans Ayutthaya: The Woman Restaurant»
«Artisans Ayutthaya: The Woman Restaurant»

Tu trabajo arquitectónico va mucho más allá de edificios simples; crea atmósferas, estimula los sentidos y tiene en cuenta el entorno. Es un enfoque poco común, desafortunadamente. ¿Cómo has mantenido tus valores a lo largo de los años, creando un camino tan diferente al de muchos otros arquitectos estrella?

Mi trabajo puede parecer diferente de otras obras que hayas visto porque mi trayectoria no es convencional. Parte de eso se debe a mi deficiencia auditiva, que ha aumentado mi dependencia en los demás sentidos. Yo siento y desarrollo emociones a través de mis sentidos, por lo que mi arquitectura puede no comunicarse de una manera clara y tangible, pero se puede sentir, y ese sentimiento dejará una impresión y un recuerdo en ti.

No diseño basándome en teorías ni reglas formales. Mi arquitectura está guiada por el sentido común.

Me encanta cómo tienes en cuenta el olfato, el sonido o el tacto. ¿A qué se debe?

Nuestros sentidos son nuestros mayores dones. Son innatos, gratuitos, no requieren inversión. Solo necesitamos saber cómo utilizarlos. El olfato, el sonido, la temperatura y el gusto son intangibles, pero perceptibles. En nuestra vida diaria, confiamos en la vista para experimentar el mundo, incluida la arquitectura.

Como resultado, los otros sentidos, por defecto, son infrautilizados porque nuestra atención se centra primero en la percepción visual. Cada lugar tiene su propio olor, paisaje sonoro, temperatura y sabor. El olor del bosque no es el mismo que el olor del mar. La arquitectura debería abrazar estas cualidades, permitiendo que los seres humanos experimenten un lugar a través de diferentes sentidos y sientan una verdad intangible que no puede ser distorsionada.

Incluir el ámbito sensorial en tus diseños influye en el resultado final, convirtiendo tus obras en algo para ser experimentado en su totalidad. Eso me lleva a la teoría filosófica de que la realidad es lo que podemos percibir a través de nuestros sentidos. ¿Crees que tus edificios nos ayudan (o incluso a ti) a estar más anclados en la realidad? 

Mi arquitectura ayuda a las personas a redescubrir lo que significa ser humano. Al involucrar los sentidos, formamos conexiones (sentimientos, emociones, recuerdos) con los espacios y nuestros sentimientos nos mantienen vivos y conscientes del entorno. Aprender a ser humano nos lleva al sentido común.

Elephant Museum, «Elephant World Project»
Elephant Museum, «Elephant World Project»

Tu enfoque es diferente en otros aspectos. Hablando con World Architects en 2022, afirmaste: «La mayoría de mis obras están en áreas rurales, casi inaccesibles o desconocidas, para mejorar esas localidades y la calidad de vida de las personas en lugar de centrarse solo en la prosperidad de la ciudad». ¿Alguna vez has visto comprometido este modo de trabajar por razones económicas (por ejemplo, no pudiste continuar un proyecto porque no había fondos)? ¿O tal vez había poderes que intentaran detener lo que haces?

Fundé Bangkok Project Studio con la creencia de que la arquitectura pertenece a todos, no debería ser exclusiva ni jerárquica. Puede conectar diferentes comunidades, mejorar vidas, generar oportunidades económicas, restaurar la naturaleza y preservar la cultura. Al mejorar las áreas rurales, valoramos a las personas locales que suelen ser ignoradas, y trabajar en esas zonas presenta desafíos únicos, especialmente los presupuestos limitados. Las limitaciones exigen innovación. Tenemos que utilizar materiales locales, repensar el trabajo y los métodos de construcción, simplificar las técnicas y usar los recursos sabiamente para ahorrar costos.

En Tailandia, los trabajadores de la construcción son vistos como trabajadores de baja cualificación y explotados. Estas personas a menudo desempeñan múltiples roles: son agricultores, devotos religiosos, albañiles. Los trabajadores cualificados que eligen la carrera de albañil a tiempo completo son raros. En algunos proyectos, ganar la confianza de las comunidades locales es esencial. Ellos deben ver que eres coherente, que estás allí para ellos, no por dinero o fama.

Brick Observation Tower, «Elephant World Project»
Brick Observation Tower, «Elephant World Project»

Este año has sido invitado por el comisario Carlo Ratti a la Bienal de Arquitectura de Venecia. ¡Felicidades! ¿Puedes darnos algunas ideas de lo que planeas presentar o, al menos, cuál es la intención/mensaje que te gustaría transmitir?

Carlo Ratti propuso el tema «Intelligens. Natural. Artificial. Collective». A partir de ahí creé la «Elephant Chapel» usando ladrillos hechos de estiércol de elefante para honrarlos como los animales que dan forma al ecosistema y sostienen la vida de otros. Su estiércol enriquece el suelo con nutrientes, fomentando la vida vegetal, que a su vez apoya la biodiversidad y asegura abundancia de agua durante todo el año para los humanos. En el poblado de elefantes, el estiércol es abundante y, al recolectarlo y venderlo, los aldeanos pueden ganar ingresos, lo que les permite cultivar plantas y alimentos y proporcionar comida a los elefantes todo el año.

Estos ladrillos no son simplemente materiales reciclados, sino que encarnan un ciclo de vida y nacen de una colaboración entre el humano y el no humano (Intelligens). Este viaje me ha tomado más de una década hasta mi llegada a Venecia hoy.

Ya representaste a Tailandia en 2021 con el «Pabellón de los Elefantes», una obra que destacó el vínculo entre humanos y animales (la gente Kuy y los elefantes). La obra se centró en cómo podemos coexistir con amor y en cómo la arquitectura demuestra ser una herramienta útil para adaptarse a los tiempos cambiantes. Viéndolo en retrospectiva, ¿cómo valoras ese proyecto?

El «Pabellón de los Elefantes», como parte del Pabellón de Tailandia en la Bienal de Arquitectura 2021, explora la interdependencia de cuatrocientos años entre humanos y elefantes en un antiguo pueblo del país. Este pabellón fusiona la arquitectura humana y de elefante de una forma unificada, alineándose con el tema central de la Bienal, «¿Cómo conviviremos juntos?», comisariado por Hashim Sarkis.

El proyecto es una declaración de intenciones que desafía la concepción de un mundo donde los humanos son el único foco, mostrando que existen otros modelos de coexistencia, en este caso, la gente Kuy y sus elefantes.

Aunque el pabellón se completó un año antes, por problemas logísticos, no se pudo instalar físicamente en Venecia. Además, tampoco pude ir debido a la pandemia. Aun así, la exposición todavía se recuerda por introducir una nueva narrativa en el mundo, recordándonos a los humanos la importancia de los otros seres vivos.

«Back of the House»
«Back of the House»

De 2016 a 2023 construiste  tu casa-estudio, «Back of the House», un espacio multifuncional donde trabajas pero también vives (con tus padres y tus hijos). ¿Cómo evolucionó el proyecto desde las primeras ideas hasta el resultado final?

«Back of the House» es el único proyecto mío que está ubicado en Bangkok. Fue construido lentamente, pieza por pieza, sin préstamos bancarios. Cuando tenía dinero, construía; cuando no, pausaba. Este enfoque hizo que el proceso fuera completamente personal, sin ayuda de contratistas.

Cuando se terminó, mi familia se mudó ahí. Los vecinos a menudo preguntaban cuándo se terminaría la construcción, asumiendo que no estaba aún finalizada. Por la noche, los policías venían a tocar el timbre, confundiendo la casa con un local de entretenimiento.

A lo largo de siete años, la casa evolucionó y se desvió orgánicamente de mi idea original, adaptándose a nuestras necesidades y presupuesto. Creo que un hogar no debe ser un símbolo de éxito, sino un recordatorio de nuestras raíces.

Te enorgulleces de tener ese espacio casi vacío, sin ningún mueble, y de no tener espacios específicos; el salón principal puede ser una sala de conferencias, la sala de estar, o lo que se necesite. ¿Dirías que un entorno tan cambiante también mantiene su estilo de vida libre e improvisado?

Estoy acostumbrado a vivir en un espacio pequeño donde todo lo relacionado con mi vida está ahí incluido. Mi viaje comienza con un cambio y, para mí, un espacio abierto es ideal para el cambio. Siempre puede ser reiniciado y renovado. Mantengo mis muebles ligeros, mínimos y movibles, creando una casa que nunca es estática. En el clima cálido de Tailandia, nos tumbamos en el suelo, nuestro cuerpo tocando directamente el material para sentir su frescura.

A diferencia de los países en climas fríos, donde se usan zapatos en interiores, nosotros no los usamos para mantener el suelo limpio. Para nosotros, es una pieza mobiliaria expansiva y multipropósito.

Creo que la mayoría de nosotros somos muy rígidos con respecto a nuestros espacios; cada uno tiene una función, y ya está, lo que modela nuestras vidas. ¿Qué consejo darías a las personas que desean crear espacios más versátiles en sus propias casas?

Un hogar debe ser refrescante para los habitantes, ofreciendo sorpresas sobre cómo se usa el espacio. No debemos crear limitaciones funcionales en ninguna habitación. El cambio trae desafíos creativos y nuevas posibilidades, permitiendo que incluso los espacios más pequeños revelen su pleno potencial.

Tu casa es tu estudio, y además, tu empresa, Bangkok Project Studio, la cual también incluye a tu esposa, quien es socia. Ya que los límites entre casa/oficina y vida personal/vida laboral son difusos en todos los aspectos, ¿cómo logras mantener un equilibrio?

Puse mi hogar y mi oficina en el mismo espacio porque quiero estar cerca de mi familia. A menudo, el trabajo implica viajar, pero incluso cuando estoy en casa, relajándome y no viajando, todavía quiero poder trabajar. Trabajo en cualquier momento, en cualquier lugar. Cuando tengo una idea, actúo de inmediato.

Por decirlo de otra manera, el trabajo es mi ocio. Cuando me canso, hago una pausa y cuando surge la inspiración, me pongo a trabajar. Después de las siete y media de la tarde, la casa vuelve a ser hogar, y mis compañeros se van a sus casas.

 «Kantana Film and Animation Institute»
«Kantana Film and Animation Institute»

Has hablado abiertamente sobre haber crecido en una familia trabajadora en barrios marginales. Ahora que tienes una vida profesional exitosa, ¿hay algo que crees que aún arrastras de esos años y entorno?

El barrio me enseñó a tener paciencia y perseverancia. El trabajo duro fue mi único camino para salir de la pobreza pero nunca olvido de dónde vengo. Demasiada comodidad adormece la motivación, compromete la calidad y la productividad. Mientras tanto, las dificultades alimentan mi próximo proyecto, haciéndolo más profundo y agudo.

No relacionado con la arquitectura pero sí con el «zeitgeist», la tercera temporada de «The White Lotus» se ha desarrollado en Tailandia. ¿Eres fan de la serie? ¿La has visto?

«The White Lotus» refleja el amor de los tailandeses por el arte, que está presente en todos los niveles de la sociedad, junto con nuestra filosofía de vivir en armonía, libres de violencia, rodeados de la naturaleza. Para algunos, esto puede parecer novedoso, especialmente para la élite urbana acostumbrada a la competencia y la búsqueda material. Sin embargo, la expansión económica, particularmente a través del turismo, a menudo tiene un costo para la naturaleza. 

A medida que las economías crecen, la naturaleza se reduce y algunos recursos perdidos tardan mucho tiempo en recuperarse o son irreversibles. Por ello, el respeto por los espacios locales, los medios de vida, la gente y la cultura es esencial. Los desarrolladores deben ser conscientes de las consecuencias ambientales en forma de desastres y clima alterado. Koh Samui, el escenario de la serie, no es solo para los tailandeses para proteger y preservar, sino una responsabilidad compartida globalmente.

La arquitectura es muy importante porque deja una huella imborrable; los edificios suelen durar décadas, si no siglos. ¿Qué te gustaría que se recordara de ti en el futuro? ¿Qué quieres que tus proyectos digan sobre ti?

A estas preguntas te respondería diciendo que «la vida es corta». Mi arquitectura es para hoy, no para el futuro lejano. Cada proyecto es una respuesta a las circunstancias y desafíos presentes y Tailandia enfrenta obstáculos constantes.

Predecir el futuro es imposible, así que elijo vivir en el presente. La arquitectura del futuro pertenece a la próxima generación para soñar y crear.

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Texto: Arnau Salvadó @arnaumauvais

Imágenes: Cortesía de Bangkok Project Studio

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