Hablamos con Cruz Cafuné sobre algunos de los temas más controvertidos de la industria y, cómo no, de su último y exitoso álbum: «Me Muevo Con Dios».
Imagen: ©Noah Pharrell
Imagen: ©Noah Pharrell
Hablamos con Cruz Cafuné sobre algunos de los temas más controvertidos de la industria y, cómo no, de su último y exitoso álbum: «Me Muevo Con Dios».
Junto a la marca de coches híbridos enchufables Lynk & Co, hablamos con Cruz Cafuné de su pasado, su presente y, sobre todo, su futuro. Y es que, aunque a día de hoy el tinerfeño es considerado una de las personalidades más ambiciosas de la escena underground nacional, Cruz lleva años demostrando el talento que se escondía en el archipiélago, algo que ha vuelto a revelar con «Me Muevo Con Dios», un disco tan esperado que conseguía hacer sold out con su gira antes, incluso, de ver la luz.
No te pierdas todo lo que nos ha contado, a continuación:
Al final las majors son empresas, entonces tienen que ganar dinero, pero, a mi modo de verlo, son leoninas. Ahora sé que se están ofreciendo otro tipo de acuerdos que son un poquito mejores, pero el contrato típico de una label siempre ha sido el 80% para ellos y el 20% para el artista. ¡Es mejor pedir un crédito al banco, que al final se va a quedar con el 3-4%!
Yo no soy el mejor ejemplo porque en mis álbumes puedo meter una balada a tres por cuatro de cuatro minutos y me da igual que no se escuche porque me gusta. O a lo mejor cierro el disco rapeando siete minutos sin estribillo y me da igual porque quiero hacerlo, pero esto no es incompatible con seguir los ritmos que están pegados.
Lo malo es irte a uno de los dos extremos. No puedes ser una persona que solo haga música porque quiere ser famoso, porque quiere dinero y solo piensa en números, ni tampoco puedes ser un bohemio que hagas cosas súper raras… O sea sí, puedes hacerlas, pero luego no te enfades si la gente no lo escucha. Yo creo que se puede llegar a un término medio porque esta industria va de music business, son las dos cosas.
Choco fue a El Hierro a hacer música con Patri, empezaron ese tema y se quedó en un cajón un tiempo. Luego, él estaba haciendo su disco, me llamó, quitó su primer verso, yo me monté, hice la intro en italiano inventado…
No sé, es que no se sabe (risas). Nadie en el mundo sabe cómo se cocina un hit porque, si alguien supiera, lo haría todo el rato.
No.
Por supuesto, en el rap sigue habiendo un porcentaje mayor de hombres que de mujeres. Sin embargo, aunque en Estados Unidos la situación siga igual, en la mayoría de países se está evolucionado algo.
Sí que es cierto que en el rap se habla mucho de sexo y a veces es muy fácil confundir cuándo una letra está cosificando, está siendo misógina o machista de manera abierta, o cuando simplemente está hablando de tener sexo. Cuando salió Tokischa, por ejemplo, la gente decía que era súper machista y yo no veo que diga nada malo. Ella está hablando de que le gusta salir de fiesta y le gusta tener sexo, pero como a ti o como a mí, así que a veces la línea es difusa.
Siempre me siento bien cuando sale un disco, pero sí que cuando salen acostumbro a sentirme como drenado y no quiero hacer música ni pensar en ello durante un par de meses. Pero esta vez estoy súper inspirado, no sé por qué. De hecho, desde que salió el álbum he hecho un montón de temas y, ahora que me voy a mudar a Madrid, tengo ganas de asentarme y montar el set up ahí en mi casa para empezar a probar ya cosas nuevas.
Hace un tiempo, con una ex-pareja con la que estuve muchos años, estuve a nada de hacerme la vasectomía. Te lo juro. Es que el tema es el siguiente, yo puedo hacer sacrificios personales y laborales para criar a un niño, pero no puedo educarlo porque no tengo horarios fijos de dormir, ni de comida, ni tengo disciplina, ni tengo voluntad de nada. Entonces, ¿qué le voy a enseñar yo al chiquillo?
Tengo un montón de seguidores en Estados Unidos y me hace mucha ilusión que me escuchen allí. Aunque no sé muy bien cuáles son los pasos a seguir, me gustaría avanzar hacia esa dirección. No sé, vivir unos meses por allí, ir saltando de país en país, hacer algo de promo…
Desde que saqué mi primer álbum no he tenido tiempo a gozarme ciertas cosas que me apetecen un montón, como esto.
Ahora hay gente que es como: «¿A ti qué música te gusta? A mí me gusta el «lo-fi chill hip-hop». Vale, pero, ¿qué artista, ¿qué disco? «No, el low-fi chill hip-hop». Y ¿qué es eso? Puede ser todo. O, sea, para mí se ha vuelto otra vez a lo mismo, a lo de los años 80 y 90, cuando a la gente le preguntabas qué música te gusta y te respondía: «La de la radio, la de la lista de éxitos».
El 29 de septiembre empezamos la gira por la Península, que cerraremos en abril con el show de Tenerife delante de 12.000 personas y, si Dios quiere, iremos a América Latina en algún punto entre enero y febrero. Todavía no se ha anunciado pero estamos en ello. Y mientras tanto, hacer música.
Tengo un montón de manías rollo: me pongo siempre el tenis derecho, antes de los conciertos me ducho con agua helada… cafeína, obvio. También rezamos antes de salir… Pero, da igual, salgo igual de nervioso (risas). Luego en la segunda canción ya se me pasa, pero al principio es inevitable.
Yo, por ejemplo, tuve que dejar de fumar porque me daba mucha ansiedad hasta el punto en el que me daba despersonalización. También es que yo abusaba del cannabis. A lo mejor me fumaba tres porros antes de desayunar… Tenía una tolerancia que te cagas, pero en marzo del 2017 dije: «ya está».
También reconozco que no he tenido la mejor relación posible con el alcohol. Ahora llevo desde noviembre sin beber nada y estoy mejor que nunca porque, sin darme cuenta, lo usaba para tratar mi ansiedad o mi depresión y es un pozo sin salida… sobre todo cuando le coges el gusto a algo, en plan: «Estoy ansioso, me encuentro mal, siento que tengo una agonía por dentro que me come. Vale, pues me voy a comer un Clonazepam de 2mg». Si lo haces un día que estás muy chungo pues okay pero si ya lo coges como costumbre, pues no hermano.
Pues hubo una época en la que meditaba. En occidente la meditación la asociamos a gente vestida con togas naranjas, rapados… Y, no, la idea del mindfulness es muy sencilla, pues no es más que ser consciente. Al principio trabajas el ser consciente de tu respiración. Luego, el ser consciente de tu cuerpo; las temperaturas en distintas partes de tu cuerpo, el roce de la ropa, el cómo estas tirado en la cama… Y eso simplemente es un entrenamiento para, eventualmente, si sigues haciéndolo durante muchos años y no lo dejas, ser consciente de tus emociones y sentimientos.
Muchas veces, no sé si te ha pasado, sabes que estás mal pero no si estás triste, enfadado o qué, porque ser consciente de qué te pasa es incómodo y a veces no es guay, pero es necesario. Es como cuando estás en la piscina calentito y tienes que salir al frío y secarte y no te apetece pero tienes que hacerlo (risas).
Redacción Vanidad
Fotografía y realización: Noah Pharrell @noah_pharrell
Agradecimientos: Lynk & Co @lynkco