Syndey Sweeney por Armani Beauty en la MET Gala 2025. Imagen: @syndey_sweeney @dennisleupold
Si hay un lugar donde la moda alcanza su máxima expresión, es en la MET Gala. Y este 2025, con una alfombra teñida de elegancia y códigos estéticos que rendían homenaje a la sastrería negra —bajo el tema «Superfine: Tailoring Black Style»—, el peinado que se ha coronado como el verdadero protagonista no ha sido otro que el clásico y sofisticado «finger waves».
Hablamos de esas ondas perfectas, casi esculpidas, que abrazan el rostro con una precisión milimétrica y que muchas veces asociamos con el glamour del Hollywood dorado o con los felices años 20. Y es que esta vez, lejos de ser un simple guiño nostálgico, las finger waves han renacido como una declaración de estilo, poder y herencia cultural.
Tanto en clave clásica como con interpretaciones más modernas, hemos visto a múltiples asistentes de la MET Gala sumarse a esta estética. Desde Sydney Sweeney con sus delicadas ondas sobre la frente, hasta Coco Jones y su versión con un solo mechón perfectamente esculpido, el peinado ha sido omnipresente.
También Simone Biles ha apostado por él pero en una versión más retro, mientras que Dua Lipa y Lori Harvey han fusionado las finger waves con recogidos. Asimismo, Teyana Taylor, una de las favoritas de la noche, las ha dejado ver por debajo de su durag. Incluso figuras masculinas como Bad Bunny o Jeremy Pope han incorporado las finger waves a sus looks.
Sigue leyendo porque en Vanidad te contamos por qué este ha sido el peinado estrella de esta edición.
Para entender por qué las finger waves han conquistado una de las noches más importantes de la moda, hay que viajar un siglo atrás. Este icónico peinado nació en los años 20, de la mano de las flappers: mujeres jóvenes, liberadas y con una estética que rompía con las normas establecidas. El cabello corto y perfectamente ondulado representaba una declaración de independencia y modernidad. Fue la respuesta a una nueva manera de ser mujer, más libre y segura.
Así, hablar de finger waves sin mencionar su relevancia dentro de la cultura afroamericana sería pasar por alto una parte fundamental de su historia. Este peinado es una manifestación cultural profundamente arraigada en la identidad y creatividad de esta comunidad. Gracias a figuras como Josephine Baker, quien además fue homenajeada por Gigi Hadid y Tyla, estas ondas se fueron popularizando en el escenario internacional y en la cultura visual, convirtiéndose en una forma de desafiar los estándares eurocéntricos de belleza y logrando elevar el cabello texturizado a la categoría de arte.
Durante el Renacimiento de Harlem y a lo largo del siglo XX, las ondas perfectamente marcadas se convirtieron en símbolo de sofisticación, orgullo y autoafirmación. Es más, en salones de belleza afroamericanos, esta técnica no solo era un servicio de peluquería, sino también una forma de preservar la identidad, generar comunidad y transmitir herencia cultural de generación en generación.
Hoy las vemos en alfombras rojas, editoriales de moda y videoclips, siempre con esa mezcla perfecta entre lo retro y la tendencia actual. Pero cuando figuras como Dua Lipa o Simone Biles eligen llevar finger waves en la MET Gala, no solo están sumándose a una tendencia, están reconectando con una tradición poderosa, homenajeando un peinado que, durante décadas, fue considerado «demasiado llamativo» o «poco profesional».
¿Y por qué en esta MET Gala? La respuesta es simple: porque pocas estéticas encajan tan bien con el concepto de precisión, elegancia y memoria cultural como las finger waves. El dress code de esta edición, «Tailored for You», pedía exactitud, estructura y referencias personales. Y las ondas definidas que parecen moldeadas con escuadra y compás no solo cumplían con ese nivel de detalle, sino que además evocaban una herencia estilística rica dentro de la cultura afroamericana.
El resultado fue una pasarela donde el cabello transmitía también un mensaje. No importaba si las ondas eran completas (como en el caso de Serena Williams) o solo un mechón estratégicamente colocado en la frente (como Angel Reese); el mensaje estaba claro: las finger waves eran las perfectas invitadas de la gala.
Sofía Villar: @sofiavillarb
Imágenes: Instagram
