Durante la MET Gala 2025, Gigi Hadid apareció con un vestido dorado de Miu Miu que parecía salido de un club parisino de los años 40. ¿El referente detrás del look? Zelda Wynn Valdes, una auténtica pionera de la moda afroamericana. Quédate para conocer más sobre esta extraordinaria mujer.
El pasado 5 de mayo se celebró la gala más esperada del año en el mundo de la moda: la MET. El tema de este año, «Superfine: Tailoring Black Style»(Impecable: la confección del estilo negro), trataba de rendir homenaje a la elegancia y el diseño afroamericano. Pero como ya sabes, el tema de la gala no es necesariamente el mismo que el dress code: «Tailored For You» (hecho a tu medida).
Más allá de muchos momentos icónicos que ya os contamos, de los mejores vestidos de la noche y de los asistentes más o menos acertados, hoy, desde Vanidad, venimos a hablar de alguien que Gigi Hadid nos trajo a la memoria.
La supermodelo adoptó tanto el tema como el dress code para rendir tributo a una de las grandes olvidadas del mundo de la moda: Zelda Wynn Valdes. Con un custom de cristales dorados y silueta ceñida de Miu Miu, Gigi hizo un guiño a la feminidad radical que Zelda defendió con hilo y aguja desde tiempos en los que ser mujer, negra y diseñadora era una tarea casi imposible.
Pero, ¿quién fue realmente Zelda Wynn Valdes? ¿Y por qué hoy más que nunca deberíamos saber su nombre?
Gigi Hadid de Miu Miu en la MET Gala 2025. Imagen: Cortesía de la firma.
Gigi Hadid se inspira en Zelda Wynn Valdes en la MET Gala 2025
La historia de Zelda Wynn Valdes comenzó en 1904 en Pensilvania, donde se formó como pianista. Sin embargo, fue en el taller de sastrería de su tío en White Plains (Nueva York), donde afinó su verdadera vocación: el diseño. Allí, entre arreglos y botones, se convirtió en vendedora y modista en una boutique de alta gama. No era una época fácil para una mujer afroamericana: el mundo de la moda era un club reservado, cerrado y sobre todo, blanco.
Pero Zelda no se conformó y en 1948 abrió su propia boutique en pleno Broadway: Chez Zelda. Fue la primera mujer afroamericana en tener un negocio de moda en la famosa avenida neoyorquina. El nombre evocaba a los salones de alta costura parisinos, y su clientela no se quedaba atrás: Ella Fitzgerald, Eartha Kitt, Marian Anderson, Dorothy Dandridge y,por supuesto, Josephine Baker. Sí, esa misma a la que Gigi también homenajeó en la MET con un traje diseñado por Zelda para una de sus actuaciones. Todos estos nombres son hoy referentes del arte, el espectáculo y la cultura y, de alguna manera, nuestra protagonista tuvo mucho que ver con su éxito…
Zelda Wynn Valdes: la reina de lo descarado y lo elegante
Zelda tenía un superpoder: entendía los cuerpos femeninos y los celebraba como nadie. Ayudó a cambiar la manera en que las mujeres –especialmente las afroamericanas– podían verse y ser vistas. Su estilo era ceñido, audaz y elegante. En un mundo que decía «cúbrete», ella decía «muéstrate».
Un ejemplo claro fue su trabajo con Joyce Bryant, conocida como «la Marilyn negra». Antes de conocer a Zelda, Bryant vestía como una cantante de iglesia. Después, lucía vestidos metálicos que la hacían literalmente brillar bajo los focos. Así, Zelda no solo diseñaba ropa: encontraba nuevas versiones de identidad, feminidad y poder.
Asimismo, y aunque no está confirmado oficialmente, durante años se ha atribuido a Valdes el diseño original del icónico traje de conejita de Playboy. El dato está en disputa, pero lo cierto es que su estilo dejó una huella imborrable en la sensualidad moderna. Como decía Hugh Hefner (fundador de Playboy): «Zelda es la reina de lo descarado y elegante». Y razón no le faltaba.
Imagen: @thevixenmemoirs
La moda como activismo
Pero Zelda no solo diseñaba para las estrellas. También enseñaba, organizaba, y abría puertas para otras. Fue presidenta de la National Association of Fashion and Accessory Designers (NAFAD), que promovía el talento negro en la industria de la moda.
En los 70, ya con más de 65 años, se unió al Dance Theatre of Harlem, donde diseñó el vestuario para más de 80 ballets, incluyendo uno en el que eliminó las clásicas medias rosas y las reemplazó con tonos de piel reales para los bailarines afroamericanos. Un gesto simple, pero poderoso: la representación importa también en los detalles.
La costurera que el mainstream olvidó (pero Gigi rescató)
Zelda Valdes murió en 2001, a los casi 100 años, dejando tras de sí un legado hecho de hilo, lentejuelas y orgullo. Sin embargo, a día de hoy, su nombre no es tan conocido como debería, pero su impacto sigue presente. Y es que cada vez que una mujer se siente poderosa dentro de un vestido, hay una parte de Zelda allí.
Con su legado, Zelda no solo embelleció cuerpos, sino que vistió de dignidad, orgullo y representación a toda una generación. ¿Puede una costurera cambiar la historia? Zelda Wynn Valdes lo hizo. Así que, gracias, Gigi, por recordarla y gracias, Zelda, por escribir una historia que debería ser leída como se merece.
Y a ti, ¿te resultaba familiar su nombre? A partir de ahora recuérdalo, porque sin ella, la moda tendría menos curvas, menos color y mucha menoshistoria…