Gisèle Vienne ha clausurado «Madrid en danza» con su conocida pieza «Crowd» y desde Vanidad te lo contamos todo sobre la coreógrafa y su espectáculo.
Imagen de «Crowd» de Gisèle Vienne.
Imagen de «Crowd» de Gisèle Vienne.
Gisèle Vienne ha clausurado «Madrid en danza» con su conocida pieza «Crowd» y desde Vanidad te lo contamos todo sobre la coreógrafa y su espectáculo.
La conocida coreógrada franco-austriaca Gisèle Vienne ha regresado a la capital española para clausurar uno de los festivales de danza más importantes del país, «Madrid en danza». Y lo ha hecho con «Crowd», una de sus piezas más aclamadas por la crítica, que ya visitó la ciudad en el año 2018 en Matadero, dejando a todo el mundo con algo que decir al respecto…
Así, como era de esperar, su regreso a la ciudad ha vuelto a poner a la artista en el punto de mira, despertando la curiosidad del público: ¿quién es la mente que está detrás de la obra?
La historia y el recorrido de Vienne han supuesto, a lo largo de los años, un hito en el desarrollo de la danza contemporánea, sirviéndose de la poesía y la envergadura social del contexto para construir piezas que aporten algo más que belleza; piezas que esconden un mensaje.
En Vanidad te contamos todo lo que necesitas saber sobre la coreógrafa y su trabajo:
Gisèle Vienne nace el día 17 de diciembre del año 1976 en Charleville-Mézières, una comuna del norte de Francia. Su infancia siempre se vio influenciada por el arte a través de su madre, que fue artista visual y alumna de Oskar Kokoschka, artista multidisciplinar que a su vez fue ex alumno, entre otros, de Gustav Klimt.
Si bien es cierto que su educación no siempre se centró en la danza o intereses similares, pero su formación en filosofía otorgó a Vienne la sensibilidad y visión necesarias para trabajar el arte desde el más puro de los imaginarios realistas que conforman nuestra sociedad. Tras graduarse, comenzó unos nuevos estudios en la ESNAM (École Nationale Supérieure des Arts de la Marionnette), que más adelante la impulsaría a comenzar a crear sus propias piezas artísticas.
En el año 1999 funda su propia compañía, en la que comienza a experimentar con la danza y otros elementos visuales que juegan con el cuerpo y el movimiento, incluyendo la integración de títeres en sus obras.
El elemento de las marionetas supone un antes y un después en la carrera de Vienne, convirtiéndose no sólo en un conducto principal para sus mensajes, sino también en un sello personal. La obra de Vienne es tal y como ella; versátil, cambiante y rompedora. Su anhelo por representar las luces y sombras de la juventud así como sus movimientos contracultura, se ven representados de múltiples maneras y formas. Gisele no es sólo coreógrafa, es también artista plástica, es fotógrafa y es transgresora.
El universo onírico de la adolescencia es llevado a la vida a través del vértigo que sienten los jóvenes y ese vértigo lo sufren bailarines que se transforman mediante máscaras y marionetas que se transforman mediante condiciones humanas. Todo cambia y todo se transforma en las obras vivas de Vienne.
Sin embargo, estos últimos 20 años, su trabajo ha traspasado fronteras, convirtiéndola en una de las artistas internacionales más relevantes del momento. Sus creaciones han sido expuestas en Asia y en América, saliendo del continente Europeo y empapando otras culturas de su visión carismática.
Concretamente, entre los años 2000 y 2017, Vienne creó 14 obras diferentes, suponiendo esta una cifra muy alta teniendo en cuenta que prácticamente creó una obra por año, siendo «Crowd» la que culminó esta racha casi enfermiza (cabe destacar que en los últimos años, la artista se lo ha tomado con algo más de calma, siendo sus creaciones mucho más espaciadas en el tiempo, naciendo en el año 2023 «Extra life», su por ahora última obra).
Durante muchos años, el trabajo de Gisèle se ha visto claramente influenciado por sus colaboraciones, aunque de todas ellas cabe destacar la relación profesional tan estrecha que la coreógrafa ha mantenido con Dennis Cooper, aclamado escritor y poeta que ha sido reconocido como una de las figuras literarias norteamericanas más transgresoras de los últimos tiempos. Pues sus temáticas, además de abordar la violencia o el sexo (especialmente el homosexual), también comparten el interés de Vienne por la adolescencia.
La reinterpretación dramatúrgica que Cooper ha puesto sobre el escenario colaborando con Vienne ha sido, sin ir más lejos, uno de los puntos fuertes de piezas como la que ha clausurado este año el festival madrileño de danza. «Crowd» es, en esencia, todo lo que se esconde tras el movimiento y el cuerpo, y es ahí donde Cooper entra en acción.
Una rave sobre un escenario. Podríamos escribir un artículo dedicado exclusivamente a cómo la cultura rave está incidiendo cada vez más en el arte; de acuerdo que «Crowd» se estrenó hace casi 10 años, pero no podemos pasar por alto que la han programado hace apenas unos días, igual que no podemos pasar por alto que la película española que ha ganado el Premio del Jurado en Cannes ha sido «Sirat» de Oliver Laxe, también ambientada en una rave. Por no hablar de todo el movimiento musical que actualmente gira en torno a esta cultura.
Las raves son en la actualidad la representación más álgida de la juventud, del caos y la liberación que supone ser tan joven e inexperto. Y la rave de Vienne nos transporta, casi a cámara lenta, a un lugar que va mucho más allá de lo que vemos; nos transporta a lo que existe dentro de sus protagonistas, su ansiedad y su miedo.
Y tú, ¿conocías a Gisèle Vienne y a una de sus obras más alabadas?
Laura Echeverria Hermoso: @lauetxh
Imágenes: Cortesía de «Madrid en danza» ©Estelle Hanania