Igual que la frontera del género va difuminándose, la línea que separa las propuestas prêt-à-porter de la Alta Costura de las grandes firmas enflaquece progresivamente…
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Igual que la frontera del género va difuminándose, la línea que separa las propuestas prêt-à-porter de la Alta Costura de las grandes firmas enflaquece progresivamente…
De la misma manera que la frontera del género va difuminándose, la fina línea que separa las propuestas de prêt-à–
Después de la irrupción en escena del formato see now, buy now (lo veo, lo compro), la nueva cultura de la inmediatez en la moda, tiene sentido que los diseños de Costura de las principales marcas sean hoy mucho más campechanos, en principio, que hace unos años.
Antes la Alta Costura presumía de un rico universo propio y de una selecta clientela que estaba por encima de toda recesión económica y que amortiguaba el impacto de la crisis en el territorio del lujo. Ahora, aunque la haute couture siga constituyendo la máxima expresión de la excelencia artesanal, los diseñadores prefieren echar el resto en la ropa “lista para llevar” y simplificar los vestidos y trajes que generalmente solo son comprados por encargo, hechos a mano y a medida.
Hace algún tiempo surgió el término de demi-couture para hablar de este cruce de caminos entre la Costura y el prêt-à–
En los últimos desfiles de París el diseño híbrido ha estado muy presente. Giambattista Valli, por ejemplo, ha presentado una colección prudente, poco pomposa, llena sin embargo de extraordinarias opciones para las alfombras rojas. Demi-couture.
Jean-Paul Gaultier también se ha movido entre ambos mundos. Ya en 2014 el francés decidió centrarse única y exclusivamente en la Alta Costura más funcional.
En la propuesta de Valli no ha faltado tul y Gaultier no ha escatimado en ropas de formas arquitectónicas. No obstante, ambos creadores han subido a la pasarela prêt-à–
Pierpaolo Piccioli ídem. El director creativo de Valentino, que debutó en solitario en la maison hace exactamente un año (y con la Costura), ha desarrollado una colección sobresaliente compuesta por vestidos que esconden días y días de trabajo y, asimismo, prendas sencillas como gabardinas, tops de tirantes y pantalones de pinzas.
A excepción de Maria Grazia Chiuri (en Dior), y su homenaje al surrealismo, y el libanés Elie Saab, siempre ostentoso, la mayoría de los diseñadores han presentado líneas prácticas, de gama media (en comparación con la clásica haute couture).
Hasta la británica Clare Waight Keller para Givenchy, o Viktor & Rolf. Los modistos holandeses, de hecho, han utilizado un único tejido para confeccionar toda su muestra, el satén.
Alejandro Bernad –
Imágenes: agencias