MUST: El jardín secreto de Salvador Bachiller
Te revelamos un jardín escondido en el que escapar del calor de Madrid y disfrutar de un cóctel. Todo a metros del suelo y en un lugar que no te esperas.
En esta nueva entrega te revelamos un jardín escondido en el que escapar del calor veraniego de Madrid y disfrutar de un cóctel. Todo a metros del suelo y en un lugar que no te esperas.
Madrid se consume, se derrite, se funde y se disuelve por el calor. Las altas temperaturas nos arrasan, y los que andamos por aquí, solo evocamos o rememoramos playas suntuosas, chiringuitos fresquitos o simplemente, nos morimos de envidia cada vez que abrimos el Instagram, y nos restriegan los veranos de costa que se están pegando algunos. Pero hay que sacarse las castañas del fuego, que el calor no nos inmovilice, hay muchas alternativas, y la ciudad en esta época estival puede ser muy divertida.
Isabel Peces Barba @IsaPecesBarba1
Te desvelamos un secreto, te vamos a descubrir un pequeño paraíso, un oasis dentro del caos urbano y lo mejor: a muchos metros del suelo, ¡a muchos metros de un asfalto que quema!
Si estás por la calle Montera, concretamente en el número 37, no dudes en entrar en la tienda de Salvador Bachiller. Una vez dentro, dirígete a su ascensor y pulsa cinco. Sube. Voilà. Un jardín secreto a tu alcance, un pequeño y mágico lugar lleno de flores, bonitos detalles, precioso y rústico mobiliario, y encanto, mucho encanto.
Una terraza diferente, con su vajilla vintage, su fantástica cristalería, sus camareras vestidas de rojo pasión -al estilo botones de los años 50-, porque allí prima el color, que inunda el espacio entre flores, enredaderas, sillas y mesas de jardín.
Nos pedimos un rico cava de limón y un mojito de fresa. La carta es amplia, con ricos cócteles para elegir, así como una amplia variedad de tés y cafés. También hay ensaladas y sándwiches. Los detalles se cuidan muchísimo; la carta viene enrollada en una casita de pájaro de madera, y la cuenta dentro de una cajita simulando un libro. Los cócteles tienen hielos de luces de colores, todo brilla, resalta, y el buen gusto inunda todo el espacio.
Sin duda un lugar evocador, que incita a buenos momentos. Abierto hasta las 23 horas todos los días en este mes de agosto. Para merendar o tomarte la primera copa, y lo mejor, a un precio más que asequible.
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