«¿QUÉ HARÍA CARRIE BRADSHAW?». Todo sobre la pregunta que se hace la Gen Z antes de tomar una decisión

Si hay una persona que entra dentro de la lista de iconos de series de los noventa, ella es Carrie Bradshaw. Sin embargo, esta figura casi intergeneracional en el mundo cultural pop está ahora en boca de todos los miembros de la Gen Z por una razón (y no es por la vuelta de «And Just Like That»…

Tal vez sea la inminente llegada de la tercera temporada de «And Just Like That», o tal vez esta era nostálgica en la que vivimos, pero nuestro «Para ti» de TikTok nunca había sido tan Carrie Bradshaw. Los fan-cams son inevitables, los trends imitando su estilo, el lipsinc usando sus audios… Su voz resuena en la plataforma de videos como si su papel fuese el de ser una influencer más del momento.

Y, déjanos decirte que, de algún modo, lo es. La columnista treintañera que vivía en Nueva York, algo neurótica, adicta a ese tipo de hombre emocionalmente inaccesible y podríamos decir que también algo egocéntrica, se ha convertido en una verdadera it-girl para la Generación Z.

@emolyfaso Makeshift families (SATC, 1998) #satc #carriebradshaw #friendship #nostalgia #satctiktok #early2000s #fyp #fypsounds ♬ original sound – ╰( ͡° ͜ʖ ͡°☆*:・゚𝑬𝒎𝒐𝒍𝒚

Carrie Bradshaw: del rechazo general al fenómeno cultural

Sin embargo, hay que empezar por el principio. Cuando «Sexo en Nueva York» se estrenó en 1998, no siempre estuvo de moda defender a Carrie. Pero la serie fue aplaudida por su mirada ingeniosa sobre las citas, el sexo y la amistad, todo girando alrededor de la gran manzana.

Pero a medida que la serie avanzaba, su protagonista empezó a pasar a esa lista de personajes principales que consiguen irritar al público. Aunque las últimas temporadas mantenían su encanto, la percepción sobre ella cambió: ni con sus icónicos outfits, ya no era tan fácil de querer.

Sarah Jessica Parker como Carrie Bradshaw
Fotograma oficial de «Sexo en Nueva York»

Quienes nos identificamos como Gen Z y vimos la serie escuchando a la generación anterior, ya sabíamos que Carrie no era precisamente la favorita. Pero para muchas de las og fans de la serie, ella era «la intensa». No era tan práctica como Miranda, tampoco tan libre como Miranda, y desde luego no tan dulce como Charlotte. Pese a escribir sobre sexo y relaciones, a veces se pasaba de puritana, algo crítica con los demás y la guinda del pastel: desconectada de todo lo que no girase en torno a sus dramas personales.

Las chicas de SEX AND THE CITY.
Fotograma oficial de «Sexo en Nueva York»

Una nueva forma de conectar (defectos incluidos)

Aunque amiga: las cosas han cambiado. Para la generación que ahora disfruta de cada capítulo de «Sex and the city» y que vive a golpe de scroll en redes sociales, Carrie encaja perfectamente. La afirmación es que hay una gran parte de los espectadores que ha aprendido a celebrar su montaña rusa emocional. Así, pueden ver a una protagonista imperfecta en su día a día y contradictoria en sus decisiones. Y eso, en el mundo en el que vivimos, es sinónimo de autenticidad.

A diferencia de lecturas anteriores, ahora sus fallos no la descalifican: la hacen more relatable. Carrie entra en la misma categoría que otras figuras pop redescubiertas por esta generación, aunque con la diferencia (y la incoherencia) de que ella cuando se mudó a Nueva York se compraba «Vogue y no la cena» porque sentía que «le alimentaba más».

Sarah Jessica Parker como Carrie Bradshaw
Fotograma oficial de «Sexo en Nueva York»

En una época donde la nostalgia nos llama a volver a verlo todo, no sorprende que esta protagonista de serie de los noventa vuelva a estar en el centro de todas las miradas.

Y es que, en medio del caos emocional, de las decisiones impulsivas que se toman en estos años y las dudas existenciales sobre lo más cotidiano, la Generación Z tiene claro que hay una pregunta que a veces puede parecer una brújula: «¿qué haría Carrie Bradshaw?».

 

Lucía Martínez Rubio @luciamartinezrubio

Imágenes: Fotogramas de la serie y TikTok.

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