Siete vanidades: Sobrevive a la temporada BBC. La época de bodas, bautizos y comuniones ya está aquí y la eterna duda de cómo debemos ir vest
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Siete vanidades: Sobrevive a la temporada BBC. La época de bodas, bautizos y comuniones ya está aquí y la eterna duda de cómo debemos ir vest
La época de bodas, bautizos y comuniones ya está aquí y la duda de cómo debemos ir vestidas vuelve a asaltarnos. Repasamos siete reglas básicas de protocolo (y cuándo romperlas).
Suena a tópico, pero lo mejor para acudir con acierto a una boda, bautizo o comunión es vestir de tal forma que te sientas cómoda y seas tú misma. Dicho esto, lo mejor será repasar algunas nociones básicas sobre «protocolo» y, por qué no, cuándo y cómo se puede romper, porque la única regla que hay que cumplir a rajatabla es no disfrazarse, ¡nunca!
1. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el verdadero protocolo lo dictan los novios y el tipo de ceremonia. Muchas parejas optan por incluir un dress code en la invitación que se «debería» cumplir. En cualquier caso, solo se trata de aplicar el sentido común: deja el sombrero-mesa-camilla en casa si la boda es campestre, olvídate de los taconazos de quince centímetros si es en la playa y guarda el vestido a medida con pasamanería incorporada si los novios piensan casarse en vaqueros. Respecto a los bautizos y comuniones, dado que los bebés de pocos meses y los niños de nueve años (aún) no dictan normas de vestimenta, déjate guiar por tu instinto (si es discreto, sino llama a una amiga).
2. La longitud del vestido es otro de los misterios universales que parece que nunca termina de resolverse. Ante la duda, acude siempre de corto. Por lo demás, los vestidos largos suelen reservarse para las bodas de tarde-noche, aunque también se puede ir de corto si estás más cómoda. El largo midi, que tan de moda está, puede ser una opción intermedia. Sobra decir, que para las comuniones y bautizos mejor pasar del largo y elegir un vestido que termine en la rodilla y que no sea muy oscuro ni escotado.
3. “No asistas a una boda ni de blanco ni de negro”. Vale, estamos hartos de oír esta frase pero tampoco hay que ser tan estrictos, que las reglas están para romperlas y el bolsillo no está para gastos (a no ser que seas político). Si quieres reciclar un vestido de uno de estos dos colores (mejor si es corto) combínalo con accesorios de otros tonos. Es de lógica. Suponemos que no querrás que te confundan con la novia vistiendo de blanco impoluto ni que parezca que vas a un concierto de Tokio Hotel (por cierto, ¿qué fue de ellos?) si optas por el total black.
4. Llevar los zapatos a juego con el bolso o con el vestido era una regla de la época de Matusalén y Jordi Hurtado. Rómpela. Eso sí, tampoco hace falta mezclar todos los colores del arco iris. Respecto a los tacones, el debate da mucho de sí. Está claro que el protocolo manda subirse a las alturas en este tipo de eventos, pero oiga, estamos en el siglo XXI y si las famosas van de plano en las alfombras rojas, no seremos nosotras quienes suframos en la comunión de la vecina del quinto. Vamos, que antes que acabar descalzas o sacarle cuatro cabezas al novio, bailarinas al canto, ¿no?
5. ¡Tocado (y hundido)! A la hora de elegir tocado, guíate por el sol: si el evento es de mañana, es normal usar una pamela grande que nos proteja de los rayos solares, pero a medida que avanza el día, su tamaño debe disminuir (y desaparecer cuando cae la noche). Y recuerda, no se pueden quitar jamás de los jamases, así que si eliges llevar uno, que sea cómodo. (Bueno, si son las cinco de la mañana y el tocado está más inclinado que tú tras la barra libre, quítatelo).
6. La bisutería… que se quede donde está. Es peligroso sacar a pasear medio joyero para (intentar) ser la más deslumbrante de la boda. Conviene elegir complementos discretos, sobre todo, si ya se ha optado (con mayor o menor grado de acierto) por un floripondio en la cabeza que quita el «sentío». Respecto a los bolsos, esos diminutos en los que ya no cabe ni el móvil-tablet de última generación, son la mejor opción.
7. Chicos (sé que estáis ahí) para vosotros también hay tela que cortar. Simplificando: no os quitéis la chaqueta por mucho calor que paséis (sed fuertes), no hace falta que conjuntéis la corbata con el vestido de vuestra novia-esposa-parienta-acompañante y, sobre todo, no os pongáis la corbata en la cabe… (es igual, centraros en las dos primeras reglas).