De las múltiples actividades cosméticas que asociamos al universo femenino, afeitarse desde luego no es una de ellas. Más concretamente afeitarse la cara, ya que otras partes del cuerpo sí dan cuenta de la afilada cuchilla. El rostro femenino, delicado foco de todas las miradas, parece no ser merecedor de tal cuidado. Pero he aquí que llegan los
japoneses a trastocar nuestro orden de las cosas... con el
dermaplaning.
¿Qué supone? Afeitarse la cara, sí. Y no para luchar contra el vello, como podríamos pensar en primera instancia, sino para devolver un aspecto jugoso a la piel...
Confieso que la primera vez que lo leí pensé que era una técnica marginal usada por alguna gurú trasnochada. Luego llegó Rachel Hunter y la parada dedicada al país nipón de su programa
Tour of Beauty y mi cabeza explotó (figuradamente).
En el mismo podíamos asistir a los múltiples descubrimientos de belleza que hacía la maniquí por el país y, sobre todo, a la realización de una sesión de “afeitado”.
Los minutos previos al tratamiento pasaban agónicamente mientras todos esperábamos con ansiedad el momento de la verdad.
La alegre empleada de infantil sonrisa esperaba pacientemente a que Hunter se relajara y dejara de poner reparos, hasta que finalmente se dejó hacer, no sin antes intentar interrumpir la sesión unas dos o tres veces con el pretexto de que le iba a salir más cantidad de vello.
¿El resultado? Ella misma se sorprendía del buen tono y el efecto alisado de los que había disfrutado al salir del centro.
En aquel programa angloparlante el nombre del tratamiento sonaba mejor que afeitarse la cara, en mi mente sólo resonaba “dermaplaning”. Bendito inglés que actualiza e incrementa el glamour de cualquier técnica de belleza ;)
Qué es en realidad
Se trataba básicamente de un método de exfoliación consistente en usar un escalpelo para ir suavemente retirando la capa más superficial de células muertas de la piel con el fin de revelar una complexión más luminosa y suave. ¿Así suena algo mejor, verdad?
Siempre y cuando nos pongamos en las manos adecuadas no existe ningún riesgo, aunque se trate de un instrumento muy afilado que se usa en cirugías. Pero no sólo por esto es un método demandado por actrices y modelos, sino porque mediante este afeitado tan apurado se consigue eliminar ese vello similar a la piel del melocotón.
En el día a día ni siquiera repararíamos en ello, pero para maquilladores y equipo de fotografía e iluminación puede ser un quebradero de cabeza gracias a la alta definición de las cámaras actuales. Así que, sí, se afeitan la cara para obtener un rostro más juvenil pero también para eliminar el vello facial.
Aseguran que el tratamiento es indoloro y que en treinta minutos consigue que la piel luce extra suave y refinada. Las únicas pieles a las que no se recomienda pasar por el bisturí son las acnéicas, resultando especialmente interesante para embarazadas o cualquier otra persona que por razones médicas no quiera verse expuesta a la absorción de químicos.
Pasó un tiempo y la técnica me asaltaba en alguna cuenta de Instagram (con Huda Beauty a la cabeza). Pero nada que me hiciera replantear su necesidad...
Y entonces llegó Lisa Eldridge, con su aplomo y elegancia británica, explicando por qué se había afeitado la cara. Y decía que su facialista de confianza en Nueva York lo consideraba imprescindible. Los muros de prejuicios, que ya estaban debilitados, comenzaron a caer lentamente.
¿Funcionaría el dermaplaning como promete? ¿El vello no saldrá más fuerte y/u oscuro?
Seguiremos informando y, esperamos, que con pruebas palpables en nuestro rostro.
Berta Almagro - @bertalmagro
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